El líder del gremio de estaciones de servicio, Carlos Acuña, reivindicó a los jefes sindicales salientes, las luchas realizadas en defensa de los derechos de los trabajadores y sus esfuerzos para ideologizar y acompañar «la unidad» de la central obrera.
El dirigente barrionuevista aseveró que «el único partido político que dignificó a los trabajadores fue el peronismo»; explicó que el movimiento sindical «no debe recibir más cachetazos, porque no es responsable de gobernar el país», y defendió «el modelo sindical» creado por Juan Perón y Eva Perón, que «está todavía vigente».
«Ahora pretenden ofrecer clases de democracia quienes nunca estuvieron en la calle luchando contra la dictadura militar. El alfonsinismo pretendió imponer la Ley Mucci. El menemismo, que se dijo del palo propio, privatizó todo y procuró hacerlo hasta con las obras sociales, que es dinero de los trabajadores», aseguró.
Acuña afirmó que con «la excusa de que somos morochos y feos vienen ahora por el modelo sindical para esclavizar a los trabajadores», y exigió del actual gobierno «la eliminación del impuesto a las ganancias y el cese de los tarifazos».
También adelantó que «el movimiento obrero se está organizando para elevar al gobierno los reclamos sindicales pendientes», en tanto criticó el proceso inflacionario y las políticas públicas.
«Hay que ser solidarios con la industria nacional y las pequeñas y medianas empresas. No se reclama pobreza cero, porque no existe en el mundo, pero sí hambre cero y pleno empleo», concluyó Acuña.
A su turno, Juan Carlos Schmid (dragado y balizamiento) reivindicó la diversidad del Congreso cegetista, que representó a «la mayoría de los sectores sindicales para construir un país para todos», y criticó a quienes «no participaron» en el encuentro nacional.
«Pero todos tienen los mismos reclamos. La nueva conducción representará los intereses del pueblo trabajador. Se edificará un programa entre todos, porque tenemos mucho para decir», afirmó.
Schmid lamentó «los desencuentros» del pasado, dijo que «se hizo un esfuerzo extraordinario para que todos tuviesen las mismas posibilidades y se escuchasen todas las voces y aportes» y denunció que el actual gobierno realizó «un viraje a la derecha».
Del mismo modo, señaló que esa derecha «viene en busca de las conquistas obreras y, por eso, hay que prepararse para que el regreso de las viejas recetas económicas no se transformen en una fogata social, por lo que también es responsabilidad de la CGT asegurar la democracia y la justa participación en el ingreso».
«Tenemos una gran carga. No tememos el debate. Haremos honor a la palabra empeñada con los trabajadores, porque la palabra debe ser cumplida. Existe precarización en millones de compatriotas que no tienen vacaciones, seguridad social, sindicatos o quién los represente. No saben qué creer o para qué están en la sociedad. La CGT debe abrirse en una estrategia hacia los movimientos sociales para que también tengan justicia social», puntualizó Schmid.
Por su parte, Héctor Daer (sanidad) aseguró que el movimiento obrero «no permitirá que el gobierno nacional gire hacia la derecha» y rechazó las actuales políticas económicas oficiales.
«La CGT sabrá qué hacer si no se modifica el rumbo», aseguro Daer, quien criticó a quienes abandonaron el Congreso y los acusó de haber priorizado «ambiciones personales», ya que centraron «la discusión en la posibilidad de obtener la secretaría adjunta».
Esa secretaría recayó en el estatal (UPCN) Andrés Rodríguez; como la de Interior en el metalúrgico Francisco Gutiérrez y la de Relaciones Institucionales en Armando Cavalieri (comercio), lo que provocó sorpresa, ya que durante toda la jornada de debate fueron muchas las voces que aseguraron que ese lugar iba a ser ocupado por el también dirigente de los mercantiles Carlos Pérez.
«Al final se trataba de obtener la secretaría adjunta y no de debatir sobre un programa en beneficio de los trabajadores», concluyó Daer su discurso, luego de lo cual el Congreso fue clausurado con las estrofas de «Los Muchachos Peronistas».