Las organizaciones, que impulsaron la candidatura del dirigente bancario Sergio Palazzo a la secretaría general de la CGT, difundieron ayer un documento titulado «La Patria, los trabajadores, no pueden esperar», en el que decidieron participar activamente en la Marcha Federal el 2 de septiembre próximo y en las convocatorias regionales previas, y llamaron a concentrarse a las 14.30 de ese día en la intersección de Rivadavia y 9 de Julio.
La CFT también convocó a una movilización para el próximo 16 de septiembre hacia la sede de la audiencia pública por la tarifa del gas, rechazó «el tarifazo en los servicios públicos esenciales» y sostuvo que «el gas, la luz y el agua son un derecho humano y, por lo tanto, deben ser accesibles para la población», a la vez que exigió que el Estado Nacional «se haga cargo reestatizándolos».
Los gremios respaldaron a los trabajadores de la educación y la decisión del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop) y de la Confederación de Educadores Argentinos (CEA) de paralizar las tareas el 2 de septiembre próximo, en tanto apoyaron el accionar del gremio de los empleados de la seguridad social (Secasfpi) «en defensa del sistema previsional» y exigieron a la CGT que promueva «un programa de gobierno para superar la actual situación».
«La CGT debe adoptar un plan de acción y disponer de forma urgente un paro general en demanda de la emergencia social y ocupacional, un ingreso salarial básico universal, precios razonables de los alimentos, eliminación del impuesto al salario, suspensión de las importaciones que compiten con la producción local y la protección del trabajo nacional», puntualizó el documento del espacio.
El documento difundido luego del encuentro -que encabezaron Palazzo, el gráfico Héctor Amichetti y el docente privado Horacio Ghilini- ratificó la necesidad de «una unidad sindical sin exclusiones y con contenido» y la pertenencia a la central obrera.
También sostuvo que la actual situación socioeconómica «se agrava día a día por las decisiones oficiales a favor de los ricos y en contra de los pobres, lo que compromete la soberanía con endeudamiento».
«Cada día son más los despedidos, desempleados y pobres. La recesión y la apertura de importaciones afecta las fuentes de trabajo. La promoción del Tratado del Transpacífico las compromete. Son más caros los alimentos, cae la producción nacional, se cierran fuentes de empleo, se profundiza la recesión, es menor el poder adquisitivo por la inflación de casi el 50 por ciento y el impuesto al salario, mientras se exime de tributos a la renta sojera, petrolera, minera y financiera», concluyó la CFT.