Ayer aproximadamente a las 20 horas, Pablo Micheli confirmó que los resultados de los comicios realizados por la CTA disidente que comanda habían arrojado tendencias definitivas. La lista 1, encabezada por el propio líder estatal, se impuso en todo el país con el 87% de los votos, mientras que la lista 3 conformada por el Partido Obrero obtuvo un 10%. El resto de los sufragios fueron para la lista que llevaba a los representantes del Nuevo MAS.
Las elecciones de la central obrera, entonces, se realizaron luego de la controversia surgida por la resolución del Ministerio de Trabajo que decidió desconocer “la validez de la convocatoria”, a raíz de una impugnación presentada por Hugo Yasky. A pesar del revés ministerial se dispusieron mesas en todo el país.
Los números que difundió el propio Micheli indican que sobre un padrón total que tenía a un millón cien mil afiliados, asistieron a votar unas 300 mil personas. Según el Secretario General de la CTA disidente, la asistencia electoral de casi el 30% contrasta contra una asistencia de menos del 20% en las últimas elecciones en las que compitió contra Hugo Yasky y luego de la cual se produjo el quiebre de la central.
El panorama nacional marca que el Michelismo se queda con la conducción nacional, que las listas opositoras no llegaron a obtener la representación de minoría, pero si consiguieron quedarse con importantes seccionales. En Mendoza, Santa Cruz y Tierra del Fuego se impusieron listas opositoras, vinculadas a la izquierda partidaria y a expresiones provinciales.
Según le comentó Carlos Chile, flamante Secretario de Organización nacional, a Info Gremiales “La participación de listas opositoras y el hecho de que hayan ganado en distintas provincias marca la pluralidad que se vive en la central”.
Además de la conducción de las tres provincias mencionadas, la oposición se quedaría con importantes seccionales de la Provincia de Buenos Aires como Bahía Blanca, Lomas de Zamora y Almirante Brown.
En los improvisados festejos con unos cien militantes que se acordaban del ministro de trabajo, Carlos Tomada, y del ex aliado Hugo Yasky, Micheli aprovechó para agradecer la participación de los “40 mil cuadros militantes que hicieron posible la elección”.
Para Micheli “estas elecciones eran no eran un acto formal, eran un desafío porque veníamos de haber llevado adelante un proceso electoral con aquellos que querían ponerle la bandera de un gobierno a nuestra central y necesitábamos ratificar que se puede elegir por voto directo a las autoridades de la central”.
Además, el dirigente ceteísta aprovechó la ocasión para volver a presionar por un próximo paro de 36 horas que sea la continuidad del plan de lucha que tuvo su expresión máxima con el paro general del 10 de abril pasado: “Hay que construir un paro general de 36 horas para pelear para que nuestros pibes vayan a la escuela, nuestros jubilados cobren el 82% móvil y que no haya más pobreza y desigualdad”. cerró.