El Sanatorio San Justo de La Matanza tiene por titular a la tercera esposa de Hugo Moyano, Liliana Zulet, y sus trabajadores pertenecen a la Obra Social de Choferes de Camiones (Oschoca). Sin embargo, la esposa del camionero “nunca quiso que los trabajadores tengamos sindicato”, según denunció la delegada Romina Torres.
Por ello, y pese a las resistencias del personal directivo, los trabajadores organizaron elecciones para el 13 de mayo pasado. Las amenazas y presiones llegaron al despido de dos empleados, pero los comicios igual tuvieron lugar. «El día que votamos hubo gente de Camioneros con bombos en la puerta que intentó evitar que la gente votara. De todos modo, pudimos hacerlo gracias a que desde Sanidad se solicitó la intervención de la Policía, que habilitó el acceso al Sanatorio», contó Torres.
Una vez más, Moyano muestra mano de hierro frente a todo atisbo de autonomía sindical o lo que entiende como cuestionamiento a su hegemonía. “Nuestra intención no era otra más que organizarnos y reclamar lo que nos corresponde», puntualizó Torres, quien además denuncia la “falta de insumos para los pacientes y materiales de trabajo”.
Esta situación se sumo a otros episodios recientes que revelan la pérdida de poder del ex hombre fuerte de la CGT. Por ejemplo, la recesión en Quilmes del contrato de Covelia (empresa recolectora de residuos vinculada al moyanismo) y la irrupción de grupos disidentes al moyanismo en el Sindicato de Camioneros de Rosario, además del desprestigio y la permanente pérdida de recursos propios.