En la nueva edición de las ya históricas jornadas de encuentro y movilización nacional de mujeres, lamentablemente no faltó tampoco el episodio de represión.
El mismo sucedió, como es común, en el momento de reclamo frente a las instituciones de la Iglesia Católica, la entidad que más se opone al debate por la despenalización y mucho más por la legalización del aborto.
La movilización comenzó a las 18 horas, que en este caso sumó a unas cien mil personas, entre las que se contaba la columna de la CTA Autónoma, que marchó tras una batucada que llenó de cantos y bailes más de 40 cuadras de la ciudad de Rosario.
Sin embargo, al llegar a la zona de la Catedral sobre el final de la marcha, comenzó a percibirse la presencia de un desmedido despliegue policial, que con escudos, palos y gases custodiaban el edificio.
“Mientras compañeras de otras organizaciones se manifestaban pacíficamente frente a la Catedral, efectivos de la policía comenzaron a disparar con balas de goma y a dispersar la movilización tirando gases lacrimógenos, dejando, al menos, a dos periodistas heridos de gravedad”, relató la central en un comunicado de repudio.
“Desde el colectivo de mujeres de la Central, denunciamos este ataque de violencia física y simbólica, que intenta callar la lucha de las mujeres por el derecho a decidir, en defensa de nuestra vida, de nuestros cuerpos y nuestros territorios”.
“Ni la derecha, ni los gobiernos, ni los sectores más reaccionarios de la iglesia, ni las fuerzas de seguridad van impedir que sigamos encontrándonos como lo hacemos desde hace 31 años para avanzar en la lucha por nuestros derechos”, afirmaron en el cierre de la gacetilla.