El gobierno nacional, la cúpula de la CGT y los empresarios acordaron ayer, en el marco de la reunión que mantuvieron en la Casa de Gobierno, el otorgamiento de un bono consistente en «una suma no remunerativa de compensación de la evolución salarial» con un piso de 2.000 pesos.
El popularmente conocido bono de fin de año no tendrá carácter obligatorio, pero serviría para frenar el paro general latente hace ya un mes. Mientras tanto la compensación navideña para el sector público la deberán abordar las provincias y Andrés Rodriguez hace lo propio, son sigilo, para los estatales nacionales.
En ese contexto el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) difundió un trabajo en el que repasa la evolución salarial de seis importantes actividades del mercado laboral. En base a la carrera precios/salarios calcula de cuánto debería ser el pago de fin de año para «empatar» el deterioro de los haberes que se produjo este año.
Tomando las categorías representativas de los convenios de Metalúrgicos, Comercio, Construcción, Estatales, Gráficos y Gastronómicos, el monto necesario de un hipotético bono de sin de año «para equiparar en términos de poder adquisitivo o poder de compra a la paritaria 2015/2016, respecto de la paritaria 2016/2017», oscila entre $6.335 y $14.867.
Concretamente, según el estudio de CEPA, los metalúrgicos deberían percibir a fin de año $14.867, los gastronómicos de Luis Barrionuevo $13.435, los mercantiles $12.975, los gráficos $10.416, los obreros de la construcción $8.962 y los estatales $6.335.
Todas las cifras para las actividades analizadas quedan muy lejanas del piso fijado ayer por la CGT con los empresarios, y reflejan la fuerte erosión del salario real que experimentaron los trabajadores argentinos este año. Según el mismo CEPA el deterioro de los ingresos de los asalariados «se ubicó en un promedio de 7,02%».
En línea con este razonamiento, hace unos días el Centro de Estudios Atenea difundió su propio relevamiento sobre el monto que deberían cobrar los trabajadores registrados del sector privados como bono de fin de año para recuperar el salario deteriorado por la inflación de 2016.
Desde Atenea señalaron que “En este contexto, si se toma como referencia la remuneración promedio del sector privado, para recuperar la pérdida de poder adquisitivo que sufrió el salario hasta agosto de 2016, el bono de fin de año debería rondar los $15.000”.
Un desafío extra para las cúpulas de los gremios que, ahora y como sucede cada año, deberán ir a discutir con las cámaras de las diferentes actividades pero con un piso que parece haber quedado demasiado bajo.