Ayer por la tarde el sindicalismo opositor, encabezado por Moyano y Barrionuevo y con el apoyo de la CTA disidente que comanda Pablo Micheli, marchó a la ANSES para reclamar un aumento de emergencia para los jubilados y para exigir el 82% móvil.
En el contexto de los reclamos por las carencias del sector pasivo, Hugo Antonio decidió colar la primera expresión pública sobre sus planes para 2015. “En 2015 vamos a derrotar al gobierno”, dijo el líder de los camioneros.
Moyano prometió “derrotar a este gobierno con lo votos” porque, “son los fundidores de la patria”, disparó.
Estamos en el preámbulo de una nueva aventura electoral de Moyano que ya tiene experiencia en el tema, aunque hasta ahora los resultados siempre le fueron esquivos y no parece tener capacidad de seducir a la opinión pública.
Ya en 2013 “El Negro” decidió jugar en las elecciones y en esa ocasión optó por armar un frente electoral en la Provincia de Buenos Aires con el Diputado Francisco De Narvaez. La experiencia no fue positiva ya que obtuvo sólo 469 mil votos, lo que representó apenas 5,46%.
También en esa oportunidad apostó a presentar una lista propia en la Ciudad de Buenos Aires. Para ello dispuso el apoyo al binomio conformado por Julio Piumato y Julio Bárbaro. Pero los resultados fueron todavía peores. Los represetantes de Azopardo obtuvieron unos 12 mil votos, apenas el 0,7% y no lograron superar las P.A.S.O. por lo que no pudieron competir en las elecciones generales.
Veremos si la decisión que viene masticando Moyano y pronunnció ayer en las puestas de la ANSES le trae problemas internos. Ya en su última experiencia electoral surgieron voces de alerta en la CGT que se negaban a “regalar en las urnas la construcción que hacen diariamente en los gremios”. En aquella oportunidad muchos dirigentes optaron por tomar distancia y esperar los resultados para formalizar la ruptura.
Entre los que no le perdonaron el camino elegido a Moyano estuvieron los bancarios. Luego de 2013 los conducidos por Palazzo se alejaron de Azopardo y acusaron a Moyano de haber «partidizado» a la CGT con el objetivo de «llevar adelante la conformación de un sector político».
Además son varios los que expresan que de cara a unas elecciones que pueden dejar un nuevo liderazgo no están dispuestos a jugar con una alternativa propia sin posibilidades reales o embarcarse en una aventura que después se las puedan cobrar por cuatro o cinco años.