Esta semana el CONICET conformó una mesa en la que convocó a las distintas partes integrantes del organismo para debatir reformas al reglamento de becarios que rige en la institución. Para ese fin fueron convocados los representantes de las organizaciones gremiales presentes en la actividad estatal, ATE y UPCN y también a la agrupación Jóvenes Científicos Precarizados (JCP), un conjunto heterogéneo de becarios que se agremió en busca de mejores condiciones laborales.
Además, desde el CONICET llamaron a participar al espacio becarios CENPAT y a la organización Ciencia con Cristina. La intención de quienes comandan el Consejo es formular un nuevo estatuto que logre ser más eficiente para maximizar los beneficios de los montos destinados a las becas de formación.
La primer medida fue reorganizar el sistema de becas en torno a los tiempos. Por lo que desde ahora no habrá más becas doctorales Tipo I y Tipo II con lo que los beneficiarios tenían asegurados tres años con opción de renovar por dos años más, sino que se unificarán y los beneficiarios contarán con el total cinco años para realizar sus investigaciones.
Además, desde el organismo hicieron trascender que se están preparando modificaciones al régimen de becas, aunque esperarán a tener la totalidad de las propuestas para hacerlo circular.
Hoy en el Boletín Oficial se publicó el Decreto 810/2014 firmado por la Presidente mediante el cual los becarios y el personal de apoyo pasarán a tener un representante en el Consejo Directivo del organismo. Esta normativa representa un paso adelante en el reconocimiento de la relevancia de ambas tareas para el funcionamiento del CONICET.
La pelea de fondo se desarrolla entre los becarios agrupados en JCP y la dirección del CONICET en torno al carácter laboral de la tarea que realizan. Esa disputa tiene correlato directo entre los gremios. Mientras que ATE se alinea con los jóvenes investigadores, UPCN cierra filas con el organismo en torno.
ATE y la JCP reclaman que los becarios sean reconocidos como trabajadores con plenos derechos por lo que los gremialistas de la CTA exigen que su situación pase a tratarse en las paritarias del organismo. Desde ATE sostienen que el marco para tratar temas laborales son las paritarias y ahí es donde debe abordarse la situación de los becarios, a los que considera trabajadores precarizados por la falta de cobertura social.
En las antípodas se ubica UPCN. Los representantes del gremio que lidera Andrés Rodríguez sostienen que los becarios no son trabajadores, sino que son estudiantes por lo que no deben tener los derechos a los que acceden los trabajadores formales. Esa posición, que está en sintonía con la mirada de los referentes del organismo, implica la negación de derechos sociales y laborales.
En CONICET ATE y UPCN se disputan la afiliación de los 10.700 empleados entre personal de apoyo, personal administrativo e investigadores. Si se reconociera a los becarios como empleados del organismo la planta total superaría los 19.500 trabajadores ya que actualmente el CONICET tiene 8.822 becarios.
Desde la JCP sostienen que los becarios tienen las mismas obligaciones que el resto de los trabajadores de CONICET, deben cumplir una jornada laboral de 8 horas de trabajo en un lugar pre-establecido de trabajo, que pueden ser los institutos de investigación del organismo o de alguna universidad, deben cumplimentar una formación de doctorado y periódicamente deben concursar sus cargos.
En contrapartida no cuentan con los derechos laborales como el resto de sus compañeros de trabajo: no cuentan con obra social, ni jubilación, ni licencias, ni discuten su salario en paritarias ni cuentan con aguinaldo.
La JCP afirman que “investigar es trabajar” y que seguirán peleando por el reconocimiento pleno de sus derechos laborales.