La firma de capitales norteamericanos Weatherforf tiene en Río Tercero una de sus varias plantas, en la que produce insumos para la industria petrolera. Cuando se desató el conflicto tenía 182 empleados. El ajuste sin embargo no se debe a caída de ventas o producción. Según los trabajadores, los despidos sobrevinieron cuando intentaron organizarse gremialmente y por primera vez eligieron sus delegados.
La empresa, por su parte, no se pronuncia públicamente. Apenas se limitó a una solicitada en la que adjudicó la situación a una medida de fuerza de quite de colaboración que la habría perjudicado.
La semana pasada las familias de los entonces 53 trabajadores despedidos encabezaron la segunda marcha en Río Tercero en reclamo por la reincorporación de todos los cesanteados. La convocatoria superó ampliamente una movilización anterior.
La huelga por tiempo indeterminado declarada por los trabajadores se mantiene, al igual que la carpa en el ingreso de la planta industrial. La empresa no sólo no retrocedió en sus medidas, sino que sumó telegramas alcanzando a un total de 61 despedidos y 25 suspendidos.
José Carbajal, vocero de los despedidos, afirmó al medio local Cadena 3 que «la empresa está paralizada» y que “es difícil de descifrar la actitud de la empresa”. Mientras tanto cuentan con el apoyo de la comunidad y de todos los bloques de la Legislatura provincial.