El Gobierno comenzó a discutir ayer con las automotrices la idea de avanzar en la firma de «acuerdos productivos tripartitos» que apunten a mejorar la competitividad. En pocas palabras, lo que se busca es flexibilizar los convenios colectivos, para bajar los costos empresariales.
El ministro de Producción, Francisco Cabrera, fue el encargado de recibir a las terminales automotrices y referentes de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA), de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) y de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra).
«Queremos hacer un acuerdo global, en el que estén claramente tranquilos los inversores, los trabajadores y los consumidores sobre hacia dónde va la industria», había adelantado Cabrera desde Davos esta semana y pidió a las empresas metalmecánicas «que inviertan y que bajen sus precios, y para eso tienen que ajustar sus costos».
Desde ADEFA afirmaron que «hay que poner sobre la mesa temas logísticos, tributarios y de infraestructura que generan problemas de competitividad».
Mientras la flexibilización vienen llegando desde los escritorios, en las plantas se baja una importante presión. Es que la Renault anunció que frenará la producción de autos durante casi seis semanas en su planta del parque industrial de Santa Isabel, Volkswagen sostiene un plan de suspensiones rotativas y Fiat volverá a la actividad recién después de las vacaciones, pero con un plan de suspensiones.
Todas las automotrices que operan en el país miran con atención a lo que ocurra en Brasil, a donde van ocho de cada diez autos producidos en el país y las esperanzas están puestas en el segundo semestre de este año.
La planta de Renault ingresará el lunes en un receso de 40 días a para realizar justes y pruebas de equipos para la nueva etapa industrial de la automotriz, por lo que dará vacaciones al grueso de su personal.
Este viernes concluyen las tareas laborales en los talleres de soldadura y de pintura y luego la compañía procederá a la instalación y mantenimiento de equipos, mientras el martes ocurrirá lo propio en la línea de montaje.
Voceros de la marca dijeron a la prensa cordobesa que «se trabaja en una fuerte parada de la planta para ajustar todos los medios industriales», según publicó ayer el diario La Voz del Interior.
Al regreso, además de producir los modelos Logan y Sandero, se acelerará el proceso para hacer el reemplazo de la Kangoo y de las camionetas.
El miércoles 8 de febrero, en tanto, volverán a trabajar los operarios de Fiat, en la planta industrial que la firma tienen en el barrio cordobés de Ferreyra, en el kilómetro 695 de la Ruta Nacional 9.
Esos operarios vuelven tras las vacaciones otorgadas por la firma de origen italiano, pero lo harán bajo un régimen similar al que dejaron al irse a casa en 2016, con suspensiones dos o tres días por semana.
Volkswagen, por su parte, viene aplicando desde este mes suspensiones rotativas a unos 170 trabajadores, que perciben el 75% de sus salarios, en dos plantas de Córdoba, donde se fabrican cajas de velocidades MQ 200 que se exportan a Brasil.
Desde la automotriz explicaron que «este año habrá suspensiones de un turno rotativo permanente hasta abril en (la producción de cajas) MQ 200 A y, adicionalmente, hasta fines de mayo habrá 13 días de suspensiones en MQ200 A y B».
En medio de ese panorama delicada para los empleados, luego del acuerdo con los empresario, Cabrera buscará sentarse a negociar con los gremios el borrador que diseñe con las empresas. «Vienen por los convenios», como diría una experimentada voz del mundo sindical.