Entre las posibles causas, Ecolatina señala que durante 2016, los sindicatos obtuvieron incrementos salariales en torno del 33%, por debajo del 41,5% de inflación promedio anual.
Sin embargo, la caída de los ingresos de los trabajadores no fue homogénea. Uno de los sindicatos que más perdió poder de compra fue el de la construcción (UOCRA), con una contracción de 11% del salario real. El deterioro de los ingresos estuvo acompañado de una reducción de la ocupación: según datos del IERIC, el empleo registrado se contrajo 11,2% en el acumulado de los primeros diez meses del año pasado.
La pérdida de poder adquisitivo de los empleados de la construcción fue seguida por la del Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines (SETIA): los ingresos reales de los empleados afiliados se vieron resentidos en 9,6% durante 2016.
Los trabajadores estatales sufrieron también una caída en sus ingresos superior a la del promedio: la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) registraron mermas en sus haberes de 8% anual, en términos reales.
En el caso del Sindicato de los Empleados de Comercio (SEC), se registró una contracción de 8,6% en 2016. Esta caída es relevante dado que se trata del gremio con mayor representatividad del país, ya que agrupa a más de 1.000.000 de trabajadores.
La caída del salario real no discriminó afiliación política: el sindicato de los gastronómicos liderado por Luis Barrionuevo, cercano al gobierno nacional (reúne cerca de 270.000 trabajadores), experimentó una contracción levemente inferior al 8%, algo mayor a la registrada por los afiliados al sindicato de camioneros, de Hugo Moyano (-7,5% promedio durante 2016, afectando a alrededor de 170.000 trabajadores).
Por su parte, gremios más cercanos al gobierno anterior también sufrieron una caída real en sus haberes, tal como fue el caso de la Unión Obrera Metalúrgica (la UOM reúne a más de 250.000 empleados), con Antonio Caló al frente, que sufrió una contracción real de 6,2% en los salarios.
Entre los sindicatos que exhibieron la menor caída promedio de sus ingresos reales el año pasado se encuentran: UATRE, que agrupa a los trabajadores rurales, con una merma de 2,7% anual (dadas las mejora de rentabilidad del campo tras la devaluación y el bajo peso que tienen los salarios dentro de los costos del sector); SMATA, que registró una caída de 3,4% en el año para los empleados asociados a la industria automotriz; y UPSRA (agrupa al personal de seguridad), con una merma de 4,7%.