«Hay que terminar con los ñoquis y la holgazanería. El gastronómico, por ejemplo, es un sector que trabaja y produce mucho, como otras actividades, y no es reconocido, mientras otros pretenden que la maquinita estatal continúe manteniéndolos. Eso debe terminar. Y lo digo de frente porque no me gusta mentir, como algunos zánganos que aparecen por televisión, y tampoco me interesa ser políticamente correcto», afirmó el secretario general de la seccional porteña de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra), Dante Camaño.
Camaño pronunció un discurso y formuló declaraciones a Télam durante la cena que se le ofreció el viernes para festejar su cumpleaños 65 en el polideportivo del gremio de los gastronómicos en la ciudad de Buenos Aires.
Opinó que quienes conducen el país deben tener «la capacidad de reconocer errores y evitar injusticias, y la grandeza de pedir perdón o solicitar consejo a otros cuando sea necesario».
Camaño, quien viajará el 20 de este mes a Madrid a la Feria de arte Arco Madrid como acompañante de la comitiva presidencial, expresó su «preocupación» ante «la dislocación de los precios, que es maliciosa y corrupta» y consideró que cobrar un producto más de lo que corresponde «es lo mismo que robar».
Dijo que hace falta «recuperar la cultura del trabajo y luchar para que todos entiendan que esa es la única posibilidad de crecer» y por ello es fundamental «criticar y perseguir a los parásitos, porque los corruptos protestan alegremente, perjudican al conjunto y solo piden, pero mantenerlos a partir del Estado requiere maquinita e inflación».
Aunque aseguró que continúa apoyando al Gobierno, Camaño sostuvo que «en muchos casos no se observa el cambio, porque por ejemplo aún hay mucho ñoqui enquistado en el Estado, mucho cretino, mucho inspector coimero, mucho sinvergüenza no limpiado».
«No hay que tener miedo ni trepidar. No soy un oligarca o un capitalista explotador sino un dirigente sindical. Nadie puede echarme aquello en cara y tampoco llamarme gorila. Yo sé lo que es en verdad el peronismo porque lo viví. No es un recitado», puntualizó.
«No tengo nada contra los compañeros que trabajan en el Estado. Pero que un ñoqui político perciba tres veces el salario de un médico es alevoso. Hay que decirlo. Los dirigentes sindicales no pueden tener un discurso en casa y otro en público. No puede sostenerse ya más el actual Estado de ñoquis. Alemania duplica la cantidad de población de la Argentina y emplea a 2.300.000 trabajadores públicos. Aquí hay 5 millones», puntualizó Camaño.
El sindicalista admitió que «es cierto que se requiere de paciencia», pero también hay que exigirle al gobierno que «apure un poco este carro del cambio y la conversión y que denuncie a los muchos empresarios corruptos, porque de nada vale trabajar como enanos en el turismo, por ejemplo -como todos estos meses- si el pan, la carne y la leche son más baratos en Nueva York y Madrid».