En una conferencia de prensa realizada en la sede de ATE en la ciudad rionegrina de General Roca, la entidad brindó detalles de los padecimientos de la veterinaria Carla Di Santo, quien sufría recurrentes desmayos por su Diabetes Tipo 1 (insulina dependiente), y a raíz de una descompensación perdió la vida la semana pasada en un accidente vial.
“El accionar irregular en el Senasa, que venimos denunciado hace tiempo, hoy lamentablemente se cobra la vida de una trabajadora”, señaló Rodrigo Vicente, coordinador de Asuntos Nacionales de ATE Río Negro y anunció que “estamos demandando que se instrumenten sumarios administrativos, porque entendemos que esta tragedia pudo haberse evitado”.
Carla Di Santo, era veterinaria, tenía 40 años de edad y sufría Diabetes Tipo 1. Cumplía su jornada laboral en la Regional Patagonia Norte en General Roca y supervisando el establecimiento Pollolín S.A. en Cipolletti. Luego de padecer varias descompensaciones, y como vivía sola en Cipolletti, requirió a las autoridades del organismo su movimiento a la provincia de Córdoba, para ser asistida por su familia.
El pedido había sido realizado de manera conjunta al director del Centro Regional Patagonia Norte del Senasa, Ricardo Sánchez y al Coordinador de Sanidad, Calidad e Inocuidad Animal del mismo Centro, Gustavo Comesaña donde les detalló los problemas que sufría Di Santo y el pedido médico de traslado y tratamiento, recordaron los representantes de ATE.
Pero ambos funcionarios, «no sólo le negaron la posibilidad de reubicación sino que además, en el transcurso de los días,ampliaron su radio de trabajo, enviándola a supervisar el establecimiento Solemar S.A. ubicado en la ciudad de Chimpay», dijeron.
La semana pasada en uno de los viajes al Valle Medio, Di Santo sufrió una descompensación en plena ruta y cayó con su automóvil a un desagüe.
Allí fue asistida por algunos automovilistas que circulaban por el lugar, pero tras el accidente quedó internada en terapia intensiva y falleció 48 horas después del accidente.
Para ATE, «las actitudes de Sánchez y de Comesaña se enmarcan un abuso de su autoridad ya que, pese al clamor de la trabajadora por un traslado que le permitiría estar más contenida, resolvieron hacer caso omiso».
En cuanto a la continuidad de las acciones, Vicente anticipó que “vamos a intensificar nuestras actividades en todos los organismos nacionales. Las prácticas de abuso de autoridad están siendo cada vez más comunes por parte de algunos funcionarios que intentan sostener sus cargos, demostrando ser fieles a las políticas represivas actuales”.