En declaraciones radiales, Benítez explicó que «esa inundación de importados» se observa en especial en la industria textil, y denunció que 4.700 containers descubiertos en la zona portuaria albergaban «un 80 por ciento de prendas», por lo que «la mayoría de las empresas generó un stock para 2017 y mucho más tiempo».
«Es un problema bastante complicado, pero existe la esperanza de que el comienzo de marzo permita arrancar las actividades de toda la industria. Aunque hay empresas que ya anunciaron que no podrán continuar la producción y que deberán suspender otra vez», afirmó.
Benítez subrayó que ya hubo por adelantos, vacaciones normales y forzadas un total de 3.550 trabajadores afectados; otros 3.600 suspendidos y 1.500 despedidos en un gremio de unos 40 mil afiliados, por lo que si «el gobierno nacional no adopta urgentes medidas se correrá el riesgo de que ese desastre se profundice».
El dirigente agregó que esos datos fueron elevados por el sindicato al Ministerio de la Producción y que también los gremialistas se reunieron con el titular de Trabajo, Jorge Triaca, a quien se «le informó respecto de la cantidad de empresas que sufren complicaciones y se le expresó una preocupación extrema».
«Si las empresas continúan acumulando stock y no se produce una reactivación de la economía para expandir el consumo, la realidad de seguro se agravará», puntualizó el sindicalista, quien dijo que el gremio «prepara y organiza» su participación en «la movilización convocada por la CGT para el martes» próximo.
Para el gremialista, esa marcha será «multitudinaria», y detalló que los textiles acompañarán a la conducción de la central obrera «en defensa del empleo y la industria nacional, porque aún hay tiempo para no regresar a los ’90 si el gobierno toma medidas».
«Aseguré en una reunión de gremios industriales que la CGT y su consejo directivo agotaron y continúan agotando las instancias a través del diálogo permanente con todos los sectores. Pero no hay respuestas. La única manera de defender el empleo y la industria es reclamando en el Ministerio de la Producción. Además, de no haber tampoco resultados lamentablemente habrá paro», añadió.
Benítez, vocal de la CGT, dijo que el martes los trabajadores expresarán su disconformidad con la política industrial y económica y ratificó la posibilidad de que se convoque a un paro.
El dirigente denunció el cierre de casi una decena de establecimientos fabriles -seis en el norte del conurbano; dos en la zona noroeste, otro en el oeste y el restante en la Capital Federal-; la reducción de las jornadas laborales y el otorgamiento de vacaciones anticipadas de entre 7 y 14 días.
Entre las compañías que cerraron y despidieron figuran Zytex; José Garraza, Broderie Suiza, Edolan, Tassutti S.R.L., Textil Elotex, Galitex, Vecchi Godoy, Fábrica Argentina de Etiquetas y Sedler.
También expresó que de tres turnos de trabajo se bajó a dos y, en varios casos, a menos días por semana; fueron eliminadas las horas extras y algunas empresas ya iniciaron el proceso de incorporación al Programa de Recuperación Productiva (REPRO-PREBA).
Por último, explicó que las causas de la crisis son también «el incremento de los costos; el aumento de la mercadería importada; los precios del sudeste asiático y Brasil a valores de liquidación de stocks, con financiamiento de bajo costo; la caída del poder adquisitivo, una demanda decreciente sostenida y la acumulación de stocks de productos financieramente inviables», concluyó.