La principal empresa láctea del país presentó al Gobierno un plan de reestructuración que contempla el cierre de las cuatro plantas cuya actividad ya fue suspendida, y mil despidos a partir de abril en la totalidad de la firma.
Esas son algunas de las fuertes medidas que elevó la empresa con unos 4.000 empleados al Ministerio de Trabajo, a cargo de Jorge Triaca. Lo hizo mediante un Power Point denominado «Plan de Recuperación» al que tuvo acceso Clarín, en el que plantea pagar deudas, reducir sus gastos y aumentar ventas para mejorar sus cuentas en un año.
Lo hace también para conseguir fondos y seguir en operaciones. La propuesta se conoció luego de la reunión de urgencia citada el jueves pasado en la cartera laboral, de la que participó Triaca; su par de Agroindustria, Ricardo Buryaile; el asesor del Ministerio de Producción, Ignacio Werner; el titular de Sancor, Gustavo Ariel Ferraro, y el líder del gremio lechero Atilra, Héctor Ponce.
Allí se acordó avanzar en un plan de reestructuración, que incluía entre las posibilidades desde la reducción de personal hasta la venta de la compañía. En los últimos días, sin embargo, el Gobierno comenzó a evaluar con mayor cautela un eventual achique, ante los crecientes reclamos del gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, y las protestas del sindicato de Camioneros.
En esa línea, Buryaile señaló ayer que la cooperativa lechera más grande de la Argentina «no tiene que despedir gente sino que debe incrementar el volumen de leche que procesa, pero para eso tiene que tener más recursos financieros para comprar materia prima». Y le pidió un plan «creíble».
Pero lo que presentó Sancor incluye un fuerte recorte sin precisar nuevas fuentes de financiamiento.
La firma propone saldar deuda de febrero con proveedores a partir de mayo próximo en 10 cuotas mensuales; y desde este mes pagar materia prima en un plazo de 30 días. La leche que supere los 1,5 millones de litros diarios (el nivel actual) se abona al contado.
SanCor sostiene que la «normalización de las deudas» permitirá mantener la recepción de leche en al menos 1,5 millones de litros diarios al principio (41 millones de litros mensuales en marzo) y aumentarla en temporada alta hasta 2,9 millones (87,7 millones de litros mensuales en octubre).
A su vez, prevé duplicar las ventas, hoy en $728,5 millones, a $1.077 millones en octubre y $1.232 millones en febrero del 2018. Para ello propone «un cambio de mix producto/canal razonable que mejora la rentabilidad».
En el plan también habla de deducción de costos financieros por refinanciación de tasa y optimización de garantías.
Asimismo habla de la reducción de los gastos de estructura que se proyectan a la baja por la «suspensión inicial de actividades industriales, con posterior cierre definitivo de cuatro plantas y baja de 1.000 empleados aproximadamente a partir de abril», que serán indemnizados con un promedio de un millón de pesos por persona.
La empresa paralizó la semana pasada sus plantas de Brinkman y Moldes (Córdoba), Centeno (Santa Fe) y Charlone (Buenos Aires). Ahora, según el documento, prevé deshacerse allí de 105, 55, 60 y 51 operarios.
Pero además figura en la lista personal de las otras 12 plantas, administración, comercial y logística. Las «desvinculaciones» alcanzan a 29 localidades del país, entre ellas su sede central en Sunchales, Santa Fe. Por ello, Lifshitz pidió ayer «sostener y ayudar» a Sancor.