La compañía de autopartes Visteon Corporation decidió cerrar su planta de Quilmes, en la zona sur del conurbano bonaerense porque, según consignaron en un comunicado «no es financieramente viable» para continuar operando. Esta decisión deja un total de 240 empleados de la fábrica quedaron sin trabajo.
La empresa sostuvo que se resolvió cerrar esa unidad de operaciones después de una «detallada revisión de la planta, que ha experimentado bajas de la producción y que por varios años no ha sido financieramente sólida».
Además, la empresa, dice el texto, «opera en un mercado muy competitivo a nivel mundial y, no puede sostener instalaciones como la de Quilmes que está operando a menos de su capacidad total, sin ninguna posibilidad de ganar nuevos negocios importantes».
Allí se fabricaban productos de control de climatizadores para varias automotrices, incluyendo radiadores, condensadores de aire acondicionado, radiadores para el enfriamiento de fluidos y mangueras de aire acondicionado.
La compañía de capitales norteamericano señaló que el cierre de la planta de Quilmes no afectará a las demás operaciones que tiene en la Argentina y en la región, así como tampoco el suministro a los fabricantes de vehículos.
Las otras autopartistas que sufren problemas similares a la norteamericana son Gestamp, en Escobar, y Lear, cuyos empleados continúan ocupando la planta de Tigre en reclamo por 100 despidos y 120 suspensiones.