La negociación salarial entre el Gobierno, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y los empresarios del transporte de larga distancia quedó en suspenso hace dos semanas, cuando la agenda económica de la Casa Rosada se vio copada por el conflicto con los holdouts.
El sindicato espera retomar la gestión en las próximas horas y poder así cerrar la ronda de paritarias, en la que ya selló acuerdos por 28% de aumento para los choferes de corta y media distancia. Esa suba salarial derivó en el alza del precio del boleto de colectivo que rige desde anteayer.
Los empresarios, por su parte, apuestan a una pronta resolución para que la UTA no aproveche la inminencia de las vacaciones de invierno como herramienta de presión. Fuentes de la UTA y de la Cámara Empresaria de Larga distancia (Celadi) dijeron que el Gobierno se comprometió a convocarlos «en los próximos días».
La clave de la negociación está en los subsidios al combustible que el Estado dejó de asignar al transporte de larga distancia hace dos años y medio.
La caída en la cantidad de pasajeros que, según la cámara, se registró en el último semestre y la creciente dificultad para competir con los precios subsidiados de Aerolíneas Argentinas completan el complejo panorama empresario.
Desde la UTA afirmaron a este diario que el porcentaje de aumento «está casi acordado» y que «la pelota está del lado del Gobierno». «Son ellos los que tienen que arreglar con los empresarios de dónde va a salir la plata», precisaron. La suba salarial rondaría el 30 por ciento.
Según la Cámara Empresaria de Larga Distancia 140 millones de pesos se necesitarían para costear el aumento salarial que pretende el gremio.