Hace 40 años Oscar Smith se subió a su Dodge naranja en Villa Domínico. Debía abordar un avión que lo llevaría a Mar del Plata. Allí se encontraría con su mujer y sus hijas. Pero nunca llegó al aeropuerto. Tenía 45 años.
Esa fue la última que vez que Smith, secretario general de Luz y Fuerza Capital Federal, fue visto con vida. Aún permanece desaparecido y el flamante fallo de la Corte renueva el temor de impunidad sobre ese y otros casos.
«Gente los que me conocen saben que nunca hablo de la desaparición de mi viejo. Pero quiero contarles que mi papá murió en la ESMA durante una sesión de tortura con picanas y golpes», comienza el mensaje escrito por Viviani, una de las hijas del gremialista lucifuercista.
«Le pedían nombres de sus compañeros más cercanos y él no habló, pero su corazón no resistió y en un vuelo de la muerte lo tiraron al Río de la Plata», agrega.
«Disculpen el dramatismo pero ésto sucedió y hoy si se aplica el 2×1 estos y otros torturadores pueden salir libres. No puedo quedarme callada, El miércoles a las 18 voy a la plaza, quiero creer que si somos muchos podemos provocar una vuelta atrás», concluye el conmovedor texto que circula en el mundo gremial.
“Lo que se pierde luchando, tarde o temprano se recupera”, era una de las consignas características de Smith. Será hora de ir a la Plaza de Mayo a hacer valer, más que nunca, esas palabras.