A través de una resolución con fecha del 31 de mayo, el Ministerio de Trabajo impugnó el proceso electoral de la seccional tucumana de Luz y Fuerza. El cronograma, que preveía los comicios el 17 y 18 de este mes, entonces, debe ser reformulado, atento a las irregularidades que se constataron.
La impugnación corrió por parte de Eduardo Sanchez, quien constató que la convocatoria a la asamblea que definió el cronograma electoral no fue publicada con la antelación que fija la ley de asociaciones profesionales y que al momento del cierre de los plazos para la presentación de listas, no fue permitido que se formalice una lista opositora.
Además hubo otros dos dirigentes y afilados del gremio que se sumaron al pedido de impugnación, convalidando lo denunciado por Sanchez.
Por ello, la cartera que dirige Jorge Triaca dispuso la suspensión preventiva de los comicios y le dio un plazo a la conducción del gremio que lidera José Avellaneda para que presente su descargo.
Avellaneda llega llamativamente debilitado a los comicios. Aunque se trata de su primer mandato, el desgaste del dirigente lucifuercista tucumano es notable. No sólo hubo un quiebre en la comisión directiva del gremio que lo dejó en la cuerda floja, sino que las últimas negociaciones paritarias que establecieron una recomposición salarial del 18% no remunerativo lo dejaron expuesto.
Al descontento entre los trabajadores de la actividad, ahora se le suman los problemas para avanzar en el proceso democrático. El titular del gremio lucifuercista aparece con un futuro repleto de nubarrones y todo indica que tendrá sumas dificultades para obtener otro mandato.