Los comicios de elección de delegados de UPCN se desarrollaban normalmente en el Ministerio de Cultura. Hasta que sucedió un hecho insólito: el que se acercó a la mesa de votación fue el propio ministro para elegir a los representantes con los que deberá convivir el resto de su gestión.
Se trata de Pablo Avelluto, el polémico funcionario que desembarcó con la cartera en medio de despidos masivos de cientos de empleados y colocó familiares (su novia y otros) en puestos clave.
La situación desató, en aquel momento, una ola de protestas y manifestaciones de los más de 500 trabajadores para conseguir su reincorporación.
Tras las negociaciones, la cartera reincorporó a un número importante de los cesanteados, pero no faltaron las denuncias de que para ser parte nuevamente del staff de Cultura había que afiliarse al gremio que comanda Andrés Rodriguez.
La buena sintonía entre las partes, que se extiende a otros organismo, ahora es coronada por la participación electoral de Avelluto en los comicios en los que los trabajadores deben elegir a sus representantes para negociar, justamente, con Avelluto.