Los dirigentes de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) deliberaron ayer en la sede de la Federación Gráfica Bonaerense (FGB) que conduce Héctor Amichetti y decidieron la protesta para el Día del Patrono del Trabajo, cuando miles de fieles sin empleo movilizan hacia esa iglesia porteña.
Bajo el título «Marcha por el trabajo y la justicia social», la Corriente Federal -en la que militan bancarios, lecheros, televisión, molineros, docentes privados, gráficos bonaerenses, pilotos de líneas aéreas y empleados de farmacia, entre otros-, difundió un documento y convocó a sus trabajadores y militantes, a otros espacios sindicales y a «las fuerzas populares» a protestar.
«Es preciso movilizarse de forma masiva para rechazar la política económica del gobierno de los ricos, porque se ingresó en el cuarto semestre y no se observan más brotes que los oscuros resultados de estrategias que dejaron sin trabajo a millones de argentinos, sumergió en la pobreza a tantos otros jubilados y pensionados -a quienes quitó hasta los remedios-, condenó a los niños a la indigencia, arruinó a los pequeños comerciantes y empresarios y obligó a cerrar 7.000 establecimientos», dijo.
La CFT sostuvo que, además, «el gobierno continúa empecinado en eliminar toda resistencia obrera con un plan sistemático de reducción de salarios, despidos masivos y suspensiones para imponer una flexibilización laboral que borre los derechos y conquistas históricas de los trabajadores argentinos».
Para la CFT, esa ofensiva económica es acompañada por «una campaña mediática ignominiosa contra las organizaciones sindicales, equiparándolas a mafias, y difamando a sus dirigentes».
«Para ello hay cómplices en la justicia federal, quienes intervienen sindicatos, procesan a líderes obreros y fallan en contra de los trabajadores en los litigios. El gobierno reprime de forma salvaje y criminaliza la protesta social, como lo hizo contra los maestros y miles de trabajadores», puntualizó.
Los dirigentes añadieron que «el gobierno mintió en la campaña electoral y solo cumplió las promesas realizadas al sector minoritario de los ricos, ya que a los privilegiados transfirió miles de millones de dólares al costo de endeudar al pueblo en 100.000 millones de esa moneda y hundir en la pobreza a la mayoría».
«Todo ello lo hizo afectando de manera grave la institucionalidad y atentando contra la convivencia pacífica y democrática. No hay nada bueno que esperar. El camino no tiene salida, como ocurrió en oportunidad de la crisis de 2001», concluyeron los sindicalistas.
Para la Corriente Federal -que también convocó a San Cayetano a estudiantes y organismos de derechos humanos y hoy participó en el masivo acto de rechazo a la intervención del gremio canillita- esa movilización será «un hito en la resistencia contra el proyecto neoliberal imperante y el comienzo de una etapa de esperanza popular», concluyó.