Aunque el Ministerio de Trabajo había dictado la conciliación obligatoria hasta el 18 de julio, la empresa química Carboclor, radicada en la convulsionada zona de Campana, inició ayer un proceso de despidos masivos.
Los operarios comenzaron a recibir las notificaciones en sus domicilios y luego se les prohibió el ingreso a la planta, por lo que realizaron una protesta en la puerta del establecimiento.
La empresa había presentado un preventivo de crisis, por lo que pretende abonarle sólo el 50% de las indemnizaciones al personal cesanteado, algo que es rechazado de plano por el gremio y los despedidos.
«Hay operarios con 40 años de trabajo en la empresa que ahora se quedan en la calle y encima le quieren pagar la mitad», le dijeron fuentes gremiales a este portal desde el piquete en los portones de Carboclor.
El achique de personal implica dejar activa sólo la parte de puerto y todos los demás sectores serán cerrados, explicaron.
En el telegrama, la empresa adujo que debía tomar la medida «atento a la grave crisis económica que atraviesa el país y que inexorablemente ha afectado a esta compañía».
Explicó que pasó de perder 28,3 millones de pesos en 2013 a 265,7 millones en 2016 y 27,3 millones entre enero y marzo pasados.
También se quejó por la suba del 25% en los precios de la materia prima; el elevado costo laboral cercano al 70% y «los cambios en la política legislativa dispuesta por el Ministerio de Energía que afectaron la viabilidad de los productos de la compañía».
El cierre se suma a la catarata de despidos que tienen lugar en la zona y que encuentran su punto más alto en los más de 1.000 trabajadores que se quedan en la calle por las cesantías en la planta nuclear Atucha.