El vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, confirmó las versiones que circulan desde hace unas semanas y ratificó que el Gobierno irá por una reforma laboral tras los comicios de octubre.
“Lo vamos a hacer en base a consenso y al diálogo. No es que va a haber sorpresas y va a caer un exocet -misil- sobre la cabeza de nadie”, remarcó Quintana buscando restarle tensión a un tema que trae reminiscencias noventosas.
Y cómo sucedió en décadas pasadas, el argumento elegido por el funcionario para justificar la necesidad de los cambios es la creación de puestos de trabajo: «queremos crear condiciones para que haya más trabajo».
En diálogo con Radio La Red, Quintana explicó que una reforma no implica «necesariamente mayor vulnerabilidad del trabajador en absoluto, es ver como podemos cuidando a los trabajadores tener un mercado moderno para todos».
Las declaraciones de Quintana se suman a las que propinó en los últimos días el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. quien había sostenido: «Tanto el sector empresario como el de representación sindical tienen que analizar ese proceso de producción con la madurez que requiere ese análisis”