En el encuentro con monseñor Lozano participaron Héctor Amichetti (gráficos), Horacio Ghilini (docentes privados), Eduardo Berrozpe (bancarios), Carlos Minucci (energía eléctrica), Horacio Arreceygor (televisión), Vicente Fabbro (automóvil club) y Rubén Lafuente (molineros), quienes plantearon en la sede episcopal de Suipacha al 1.000, Capital Federal, su «preocupación» ante «la grave situación de deterioro económico y social del país».
Los dirigentes de la Corriente Federal, quienes hoy participarán en el plenario nacional de secretarios generales convocado desde las 11 por la CGT en el microestadio del Club Ferrocarril Oeste, responsabilizaron de esa situación a «la aplicación de las políticas económicas que impone el gobierno».
«Despidos, suspensiones, cierre de empresas, caída de la producción, crecimiento del desempleo y pobreza es la realidad, mientras se anuncian mayores ajustes para sostener un esquema económico insustentable, que exige un gran endeudamiento que compromete el presente y futuro de la sociedad. Para sostenerlo y beneficiar a los ricos, se impulsa el ajuste sobre trabajadores y pobres y se intenta la flexibilización laboral, la degradación de la legislación del trabajo y de la protección social», afirmó.
Un documento del espacio gremial que lidera Sergio Palazzo (bancarios) aseguró que, mientras «se agrede desde el propio Ejecutivo al movimiento sindical argentino, el gobierno también decidió confrontar con la mayoría de la sociedad y destruir todas las instancias de diálogo que propuso de manera falsa».
La CFT advirtió que el movimiento obrero «no tiene otra opción que poner un límite a un gobierno que, incumpliendo sus compromisos electorales, atenta contra la mayoría del pueblo con el pleno ejercicio de los derechos constitucionales, incluso el de huelga».
Los dirigentes gremiales subrayaron que «sin trabajo digno para todos no hay ciudadanía y democracia reales», por lo que el sector convocó a los trabajadores y a la ciudadanía a movilizarse el 7 de agosto hacia la Basílica de San Cayetano para participar en «esa manifestación de religiosidad popular por el trabajo diario».
La Corriente Federal ratificó su propuesta y programa de acción, que incluyó la promoción de «un acuerdo multisectorial para adoptar medidas que reactiven el mercado interno»; la definición de «un plan de desarrollo»; la prohibición de los despidos; la protección del trabajo nacional; la suspensión de las importaciones de productos que puedan producirse a nivel local y la remoción de las imperfecciones en la formación de precios.
En su momento, ese espacio gremial también propuso rechazar cualquier reforma a la baja de la legislación laboral y el cese de la desregulación financiera que impulsa el Banco Central (BCRA), en tanto hoy ratificó su oposición a la revocación del mandato del integrante del directorio de esa entidad, Pedro Biscay, por tratarse de una cuestión «totalmente inconstitucional», concluyó.