La cámara empresarial y el gremio de la industria del calzado coincidieron ayer en calificar de «muy grave» la crisis de ese sector, que afronta 4.500 despidos y más de 2.500 suspensiones en el último año por una brusca caída del consumo y el aumento de las importaciones.
Dirigentes empresariales y sindicales alertaron sobre el impacto de las importaciones, ya que si bien admitieron que afectan considerablemente, el efecto negativo sería menor si se recompone el mercado interno.
El presidente de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Alberto Sellaro, dijo que le «cuesta entender cómo el gobierno no entiende la situación» y alertó que la industria está «complicada, la venta no levanta y la baja del mercado interno agrava» la crisis.
«Las importaciones no afectarían tanto, en un mercado interno activo», sostuvo el dirigente en declaraciones a NA, y agregó que «las pymes tienen menos rentabilidad, menos facturación y más costo cada día, la cadena de pago alargan los plazos y necesitamos que se empiece a movilizar el mercado interno».
El dirigente empresario señaló que «si bien la importación no es ilegal, vamos a reclamar un mayor control» en las compras al exterior. «No es posible que cualquiera importe productos, sino que las empresas se dediquen a producir en vez de importar y que se diferencie de quienes lo hacen solo por negocios», indicó.
El secretario general del Sindicato Único de la Industria del Calzado (UTICRA), Agustín Amicone, advirtió que «la situación no se podrá revertir si no mejora el poder adquisitivo de los salarios para que reactive el consumo».
Tanto Sellaro como Amicone coincidieron en señalar «que en el marco de menores ventas las importaciones complican aún más, pero el problema real es la baja del 45% en las ventas del mercado interno».
Amicone dijo que en el último año «registramos más de 4.500 despidos y 2.500 suspensiones, además de miles de retiros voluntarios, que son despidos encubiertos, porque no conozco a ningún trabajador que en época de crisis renuncie voluntariamente a su trabajo».
El sindicalista advirtió que «como está el mercado, no resiste ninguna reactivación y no sirven para nada la ayuda económica del gobierno para los despedidos o suspendidos (Programa REPRO), si no se reactiva la venta interna». Reclamó que el Gobierno «tiene que aplicar una política populista, aumentar los ingresos de la población, permitiendo mayores incrementos salariales para que haya más consumo».
Explicó que antes las importaciones «no eran pocas pero estaba mejor el mercado interno y no afectaban tanto, pero solamente en el primer bimestre de este año aumentaron más del 40%», respecto al mismo período del año anterior.
Amicone denunció que el 43% de las importaciones del calzado deportivo, la realizan solamente tres empresas, mientras que otras tres concentran el 63% del calzado no deportivo.
El sindicalista ejemplificó que «una sola gran empresa en el primer bimestre importó alrededor de 200 mil pares de zapatos, lo que equivale a la producción mensual de 10 a 15 empresas pymes». Señaló que en el 2015 las importaciones llegaron a 22 millones de pares y al año siguiente aumentaron a 27 millones, y explicó que «este problema no es de ahora sino que se viene arrastrando desde hace más de diez años».
Amicone informó que el próximo martes el gremio será recibido por los ministros de Trabajo, Jorge Triaca y de Producción, Francisco Cabrera, «a los que les entregaremos un listado de las empresas con suspendidos y despidos, en situación más delicada, que nos pidieron los funcionarios».