En 2015 hubo uno de los tantos conflictos gremiales que se viven en la planta de la reconocida firma alimenticia FelFort. En esa ocasión, la situación contó con la denuncia correspondiente en el Ministerio de Trabajo de la Nación por parte del Sindicato de Trabajadores de Industrias Alimenticias (STIA), en la cual se exponía la suba de velocidades de máquinas y la quita de personal en los sectores para producir igual o más con menos gente.
En pleno conflicto, la firma resuelve unilateralmente sacar dos personas de la linea de producción de mentitas. Por el hecho los delegados se acercan al sector y no dejan que la maquina comience a funcionar hasta que se reincorporen esas dos personars a sus puestos de trabajo.
En ese momento se apersonó Jorge Fort, dueño de la empresa, y, según relatan los empleados, empezó a insultar a «Cacho» Vidal, el delegado que ahora es suspendido y desaforado y al resto de la Comisión Interna de la fábrica.
Luego Fort intentó sacar a Vidal del botón de la maquina con un empujon en el pecho, hubo forcejeos y gritos y cuando llegó la hora de salida, la policía se lleva a Vidal y lo mantiene en el calabozo unas horas.
Por ese episodio la empresa inicia un juicio de desafuero y el martes 22, mientras la CGT marchaba a Plaza de Mayo, el Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nº 70, a cargo de Dra. Graciela Carambia emite un fallo a favor de Felfort. Entre otros motivos culpa a Vidal de «enfrentarse de igual a igual en una discucion con el dueño de la empresa».
Por ello por estas horas se están realizando asambleas en la fabrica y se debaten los pasos a seguir. Para la Comisión Interna, el fallo «se enmarca en la ofensiva del gobierno de Macri y de su justicia para domesticar toda voz que se oponga a la política antiobrera del gobierno».