Con un spot explicativo de menos de cuatro minutos, que ya circula por las redes sociales, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) repasó la cadena de valor de la actividad y salió al cruce de las versiones que «culpaban» a los trabajadores del aumento de precios.
Desde el sindicato que lidera Etin Ponce, advirtieron que a pesar que los empleados de la actividad no obtienen recomposición salarial desde abril y que desde el gremio redujeron los aportes que recibían de los empresarios para formación y salud, los productos no dejaron nunca de aumentar.
En el trabajo apuntan que de un litro de leche que se conseguía en góndolas a $27,86 en julio de este año, sólo se destina a la mano de obra necesaria para la producción $1,097. Una porción ínfima, el 4%. En el queso la situación es similar, la mano de obra también representa el 4,18%.
Mientras los salarios están congelados, los precios de los productos subieron algo más del 10%, por lo que el deterioro de las condiciones de vida de los empleados de la actividad no redunda en un beneficio ni para los consumidores, ni para los productores que siguen percibiendo lo mismo por su materia prima.