Así lo expresaron tras el encuentro que mantuvieron en la mañana de ayer con el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo y el secretario general monseñor Carlos Malfa, en la sede del Episcopado, en Suipacha al 1000 del barrio porteño de Retiro.
«Queremos que lo mejor que puede haber es que la Iglesia sea parte del diálogo, porque sabemos que puede aportar equidad y equilibrio para cuando no se cumplan las cosas», dijo Acuña, titular del gremio que nuclea a los trabajadores de estaciones de servicios, al salir del encuentro.
Por su parte, el titular del sindicato de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, afirmó que la reunión tuvo como finalidad «ratificar la agenda social que la CGT mantiene con la misma urgencia, donde la pobreza es el tema dominante».
«Aspiramos a que el 23 de octubre (el día después de las elecciones) el reinicio del diálogo tenga la misma intensidad, la seriedad y la misma predisposición que antes del resultado electoral», dijo el triunviro de la CGT al remarcar la importancia de la «reconstrucción del diálogo» con el Gobierno tras un período de distanciamiento.
Antes de la reunión Andrés Rodríguez, titular del gremio estatal UPCN y también partícipe del encuentro, había declarado que la CGT tiene «siempre una mirada común con la Iglesia» al compartir «los diagnósticos sobre la realidad argentina y sobre cómo terminar con la pobreza», para que «haya trabajo formal y digno, y que se recupere el poder adquisitivo y de los jubilados».
Si bien no hubo intercambio con la prensa, también formaron parte del encuentro con el Episcopado Pablo Moyano, titular del gremio de camioneros, y Roberto Fernández, titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA).