El presidente Mauricio Macri convocó a «los sindicatos» a «aceptar alguna flexibilidad en las fábricas» en el marco de un proceso destinado a «remover esta carrera de obstáculos autodestructiva que ha tenido la Argentina».
Lo dijo en el cierre del Coloquio de IDEA, que se desarrolló en el Hotel Sheraton de esta ciudad, mientras el Gobierno prepara el terreno para avanzar con la discusión de una reforma laboral negociada sector por sector con las organizaciones sindicales.
En ese escenario, Macri ponderó el rol de las pequeñas y medianas empresas en la formación de empleo y dijo que el Gobierno está empeñado en «remover esta carrera de obstáculos autodestructiva que ha tenido la Argentina», al tiempo que convocó a los gremios y al sector privado «a sentarse y discutir con buena fe», relató el portal Letra P.
“Al trabajo no lo defendemos si seguimos levantando ‘conquistas’ en contra de la productividad» ya que con ese criterio el país tiene «uno de los porcentajes más altos del mundo en informalidad”, agregó, con inocultable intención de golpear al kirchnerismo.
Antes, en el inicio de una charla con las autoridades del Coloquio, había chicaneado al auditorio de empresarios que lo escuchaba. “El ciudadano medio tiene más sentido común que muchos del Círculo Rojo”, había dicho. Pero, minutos después, endulzó los oídos de una platea dominada por CEOs y dueños de empresas que reclaman cambios en las normas que regulan las relaciones laborales para bajar costos. «Los sindicatos tienen que aceptar alguna flexibilidad en las fábricas», sentenció.
Del coloquio participaron dirigentes de peso del sindicalismo cegetista, como el triunviro Juan Carlos Schmid, el estatal Andrés Rodríguez, el sanitario José Luis Lingeri, el metalúrgico Antonio Caló, el petrolero Guillermo Pereyra, y el albañil Gerardo Martínez.