Hay un Top 5 de medicamentos que los argentinos consumen de manera descontrolada: aspirinas, paracetamol, ibuprofeno, clonazepam y Viagra. Y en algunos casos, sin prescripción médica, las consecuencias para la salud del uso indebido de estas y otras drogas causan 75 muertes cada jornada. El año pasado 162 mil personas debieron ser internadas como derivación de esa automedicación.
Los datos surgen del último informe elaborado por el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB), en el marco de un relevamiento realizado a lo largo del 2013. Sus resultados ponen en evidencia una situación alarmante, donde 8 de cada 10 mayores de 18 años reconoció haberse automedicado al menos una vez, mientras que la mitad de la población adulta consume los medicamentos de forma incorrecta.
Muchos de los medicamentos más consumidos, además, son lo que reportan mayores ganancias a los laboratorios, pues tienen un costo bajísimo y son de consumo masivo. En conversaciones con InfoGremiales, Marcelo Peretta, titular de SAFYB, afirmó: “un ibuprofeno, un paracetamol, una hemoxidina… sale centavos hacerlos, y casi es más caro el packaging y la publicidad”.
Peretta es claro con respecto a las causas y las soluciones necesarias. “La automedicación en Argentina sigue creciendo. Y mientras la gente padece serios problemas de salud, o directamente muere, nos dedicamos a opinar, cuando deberíamos estar generando educación, reforzando controles y llevando adelante campañas», sostuvo.
Con respecto a las causas, afirmó categórico: «las compañías que elaboran estos medicamentos se mueven con la lógica capitalista y sólo les importa recaudar más, vender más, lo que se puede apreciar con la publicidad agresiva que tienen para sus productos, y les alcanza para cubrirse con poner las consecuencias en los prospectos de los medicamentos, como diciendo ‘yo te avisé que era riesgoso, pero vos decidiste tomarlo igual’, un verdadero horror».
Finalmente, el titular de SAFYB sostuvo que «con buenas campañas y mucha información se puede detener este problema, comenzar a frenarlo y desde ahí implementar políticas para que las cifras vayan bajando, porque estamos hablando de miles muertes de personas que seguro podrían haber vivido mucho más».