Mientras los trabajadores de Lear anunciaban la quinta jornada nacional de lucha en reclamo de la reincorporación de unos 100 despedidos, la autopartista estadounidense decidió cerrar por 15 días su fábrica de la localidad bonaerense de General Pacheco, partido de Tigre. La firma aduce «imposibilidad de garantizar seguridad» a sus operarios por la sucesión de protestas, que incluyeron bloqueos de tránsito en la autopista Panamericana.
La decisión de la firma suma un capítulo más al conflicto que comenzó el 28 de mayo pasado, cuando Lear suspendió por tiempo indeterminado a 330 trabajadores, tras lo cual decenas de esos operarios recibieron telegramas de despido, lo que derivó en cortes de la Panamericana, algunos de los cuales fueron reprimidos por fuerzas de seguridad.
Los voceros dijeron que la compañía, que tiene también una fábrica en el partido bonaerense de Escobar y otra en la provincia de Córdoba y que «cerrará de manera definitiva la planta de Tigre si persisten los hechos de violencia en torno del establecimiento».
Por último, precisaron que, pese a la interrupción de 15 días, los operarios «percibirán sus respectivos salarios» y recordaron que trabajan en la fábrica de Tigre 520 personas. La autopartista, de capitales principalmente estadounidenses, fabrica mazos de cables para Ford.
El conflicto incluyó una nueva serie de cesantías, hasta ascender a un total de 110, y los trabajadores optaron por efectuar bloqueos de tránsito frente a la sede porteña de Congreso del Ministerio de Trabajo de la Nación.
El día de hoy comenzó con una nueva manifestación en las puertas de la empresa con un corte en la colectora de Panamerica. A las horas el corte se extendió a los carriles centrales de la autopista, otra vez con la modalidad de autos que detienen su marcha en solidaridad con los despedidos.
La Gendarmería Nacional dispuso un fuerte operativo que estaba preparada y esperó a los manifestantes con remolques. En algunos casos, los efectivos notificaron a los conductores la infracción de tránsito que habían cometido y los dejaron circular. En otros, abrieron los autos a la fuerza y detuvo a sus ocupantes. Uno de los vehículos fue arrastrado por los efectivos hacia la banquina y luego remolcado hacia un camión.
Los efectivos tenían la orden de identificar a los protestantes y ordenarles que continúen con la marcha, sin generar complicaciones en el tránsito. Sin embargo algunas personas se negaron a abrir las ventanillas y allí comenzaron los inconvenientes y las detenciones.
Entre las personas que viajaban en los autos que detuvieron su marcha en Panamericana se encontraba Victoria Moyano, nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo y militante de organizaciones de Derechos Humanos.
Todo indica que habrá más capítulos de este conflicto que tendrá en las próximas horas la intervención del Ministerio de Trabajo acompañando a la comisión interna de la planta para realizar su ingreso.