El Gobierno nacional no da por caída la reforma laboral y ya alista su regreso a la carga. Mauricio Macri incluirá el proyecto en la convocatoria a sesiones extraordinarias con el objetivo de sancionarla en el Senado el miércoles 20. Una semana después, en la Cámara alta, se convertirá en ley el Presupuesto 2018.
El cronograma ya fue avalado por Miguel Ángel Pichetto, quien, sin embargo, aún no puede definir en cuántos integrantes quedará su bloque después del recambio legislativo que incluye el ingreso de Cristina de Kirchner y un principio de cisma en el peronismo senatorial.
Según consignó Ámbito Financiero, la semana próxima, el miércoles 13, se convocaría a un plenario de comisiones de Presupuesto y Hacienda, Economía y Trabajo y Previsión Social. La reforma laboral funcionará como un test sobre los cambios que la Casa Rosada resolvió en la política de Cambiemos en la Cámara alta.
A pesar de que el triunvirato de la CGT ya dio luz verde para votar el paquete laboral, la disidencia de Hugo, Pablo y Facundo Moyano enturbió el proceso legislativo en la Cámara alta. Pichetto avisó que no aportaría voluntades políticas para sancionar la reforma laboral hasta tanto no hubiese acuerdo en el seno de la central obrera.
El proyecto que propone cambios en las contribuciones patronales, la Ley de Contrato de Trabajo y en los cálculos de las indemnizaciones volvió a ser avalado explícitamente la semana pasada por la mesa chica de CGT.
El clan Moyano ya está al tanto de que el Gobierno de Macri insistirá antes de fin de año para aprobar el proyecto en el Senado y convertirlo en ley en enero o febrero en Diputados. Por eso se están tejiendo conversaciones para buscar una movilización todavía más importante que la del miércoles pasado.
Para ello el plan es reeditar la alianza con la Corriente Federal de Trabajadores, con las dos CTA, con el sindicalismo de izquierda y las organizaciones sociales. A lo que seguramente se sumarán organizaciones políticas opositoras.