El encuentro de la mesa chica de conducción de la central obrera se realizará mañana en horario aún a determinar en la sede central de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) que conduce Andrés Rodríguez, en Moreno al 1.300.
Esa reunión de mesa chica de la central, que comanda el triunvirato integrado por Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, convocará para la semana próxima al consejo directivo para determinar una protesta de los gremios confederados.
«No es seguro que la protesta sea un paro general o una movilización hacia el Congreso. Casi con certeza se analizará que los trabajadores de todos los gremios confederados en la central sindical realicen asambleas en las empresas y fábricas en los variados turnos laborales», explicó un encumbrado dirigente cegetista.
Lo cierto es que la central obrera ratificó a través de su cotitular, el dirigente marítimo Juan Carlos Schmid, su «total y absoluto» rechazo a la reforma previsional por ser «inconsulta» y, entre otras cosas, porque modifica el cálculo del haber pasivo.
Esa iniciativa recibió ayer dictamen favorable en el plenario de comisiones, en el contexto de rechazos sindicales como los del bancario Sergio Palazzo y el jefe del gremio de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Carlos Ortega, y entre marcados picos de tensión, empujones e incidentes durante los debates.
La CGT ratificó su rechazo a la reforma previsional, aunque defendió otra vez las gestiones realizadas respecto de la iniciativa laboral y reiteró que ese diálogo permitió salvar «el núcleo central de la ley de Contrato de Trabajo» (LCT) y «la filosofía» laboral.
La reunión de mesa chica del jueves promete ser movida, ya que las opiniones de sus integrantes se dividen entre la posibilidad de que el consejo directivo decida un paro parcial o una movilización hacia el Parlamento o que convoque a asambleas de varias horas en los lugares de trabajo, lo que sería en el fondo una huelga de hecho.
«Es preciso analizar muy bien cuál es el ánimo de la sociedad y de los variados sectores político-sindicales. No es cuestión de convocar a una movilización para que se transforme luego en un hecho incontrolable», señalaron a Télam algunos dirigentes.
El sector que más combatividad reclama es el del transporte, cuyos gremios aéreos, terrestres, marítimos, fluviales y portuarios se encolumnan detrás de Schmid y del ferroviario Omar Maturano en la Confederación Argentina de Trabajadores del sector (CATT), en la que también abreva el sindicato camionero.
La CATT no solo ya se expresó en rechazo de la reforma previsional y fiscal -al igual que la CGT- sino que impulsa una protesta desde hace tiempo porque sus trabajadores confederados integran uno de los sectores más afectados por el tributo a las ganancias.
«La CGT no aceptará un cálculo que atente contra el poder adquisitivo de los jubilados. Antes de fin de año habrá una protesta: puede tratarse de una movilización o un paro parcial, pero aún no se definió. Se comenzará a analizar este jueves y, la semana próxima, lo resolverá el consejo directivo», puntualizó hoy Schmid a un medio nacional.
A la protesta de la CGT podrían sumarse los movimientos sociales, la CTA del docente Hugo Yasky y el sector de la CTA Autónoma que responde al ex dirigente estatal Pablo Micheli, quien ayer mismo convocó a un paro nacional para el miércoles 20 próximo en rechazo de las iniciativas del gobierno.
La mesa chica de la CGT definiría también este jueves en la UPCN el texto de una solicitada que circula hace tiempo y que se publicaría en los principales medios nacionales en los próximos días, en el que defenderá las gestiones realizadas por la reforma laboral y expresará su «total y absoluto rechazo» a la iniciativa previsional por «inconsulta» y porque de seguro afectará «el poder adquisitivo de los jubilados».