La Unión Tranviaria Automotor (UTA), el gremio que nuclea a los choferes de colectivos, comunicó ayer por la tarde que no adhiere al paro general de la CGT y garantizó la normal prestación de ese servicio de transporte.
Según comunicó el gremio colectivero, el consejo directivo nacional de esa organización resolvió que durante todo el martes se prestará el servicio «normalmente» y «cumpliendo con los horarios preestablecidos».
La UTA, que lidera Roberto Fernández, aclaró que está en desacuerdo con el «cambio de fórmula de la actualización de los haberes de los jubilados», siempre y cuando «este cambio vaya en detrimento y perjuicio» de los beneficiarios.
Como sea, aclararon que «la política se discute en el Congreso, sobre todo cuando se trata de aspectos que están directamente vinculados a la sanción de una ley. En el Congreso están los representantes del pueblo, quien muy recientemente, se ha expresado pacíficamente para renovarlo de acuerdo con lo que establece la Constitución Nacional».
«También deseamos destacar nuestro repudio contra toda forma de violencia que se aparte de las reglas de convivencia que deben prevalecer en una comunidad organizada y en un estado derecho», concluye el comunicado de prensa.
La posición de Fernandez debilita todavía más al desgastado triunvirato de la CGT, se desmarca de la CATT y se para de la vereda de enfrente del moyanismo, un clásico del «Gallego», con puentes sólidos y aceitados con el macrismo.