Al presentar el informe anual «Panorama Laboral» del continente, la oficina regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) explicó que la región tuvo desempeños mixtos, con algunas señales de mejoría y otras de deterioro en los promedios regionales y subregionales.
«El desempleo afectó a más de 26 millones de personas en 2017 en esa región, pero hay señales de recuperación y se aguarda una evolución de los indicadores este año. El mercado de empleo atraviesa cambios de ciclo, luego de un período de deterioro generalizado de los indicadores socio-laborales, aunque la mejoría dependerá del cumplimiento de los pronósticos de mayor crecimiento económico”, advirtió el director de la OIT para América Latina y el Caribe, José Salazar.
La tasa de desempleo promedio regional se elevó de 7,9 por ciento en 2016 a 8,4 en 2017 y, las personas que procuraron trabajo y no lo consiguieron, fueron 26,4 millones.
El informe sostuvo que el promedio fue influenciado por la situación de Brasil, donde se ubica casi el 40 por ciento de la fuerza laboral regional y donde la tasa de desempleo se situó en el 13,1 por ciento en el tercer trimestre de 2017, en tanto si bien hubo «un leve repunte del crecimiento económico luego de una desaceleración y contracción, no fue tan fuerte para modificar la tendencia de un mercado que actúa con rezago».
«En 2018 el crecimiento económico promedio rondaría casi el 2 por ciento y la tasa de desempleo bajaría por primera vez después de tres años a 8,1 por ciento. Por ahora, no obstante, esa mejora es leve y frágil. El desempleo subió en el Cono Sur de 10,7 a 11,9 por ciento, según la variación interanual del tercer trimestre. En los países andinos hubo una moderada reducción de 6,9 a 6,8; en Centroamérica y México se redujo de 4,5 a 4 y, en el Caribe, la caída fue de 7,8 a 7,4 por ciento», añadió el informe.
En 2017, el desempleo aumentó en 9 de 19 países, pero hay otras dimensiones del trabajo, como la persistente desigualdad de género, la falta de tareas para los jóvenes y su calidad, lo que perpetúa la informalidad, destacó Salazar, quien sin embargo indicó que por primera vez la participación femenina en el mercado laboral alcanzó el 50,2 por ciento, lo que significó que más de 115 millones de mujeres fuesen parte de la población económicamente activa.
Sin embargo, la brecha de género es persistente, ya que las tasas de participación y ocupación femenina aún son inferiores a las de los hombres en más de 20 puntos, por lo que puede afirmarse que «los mercados laborales siguen segregados”, comentó.
La tasa de desempleo juvenil promedio subió de 18,9 a 19,5 por ciento en 2017, es decir, uno de cada cinco jóvenes (10 millones) no logró obtener un empleo.
Respecto de la calidad de los trabajos, el informe de la OIT afirmó que persistió una débil generación de empleo en el sector formal y asalariado, mientras fue mayor el crecimiento cuentapropista asociado con condiciones de menor calidad y lo informal.
Los salarios reales, en un contexto de crecimiento moderado a causa de una menor inflación, aumentaron en 7 de 9 países en el sector formal entre el tercer trimestre de 2016 y el mismo período del año pasado, y fue más notorio para los haberes mínimos, con un incremento promedio de 4,3, por arriba del 2,3 registrado hace más de un año.
«En esta década los salarios reales de América Latina subieron 19,8 por ciento o 1,8 anual. En promedio, aumentaron 42 por ciento en la región. Los empleados públicos son el 18 por ciento del total de trabajadores de 2015; el trabajo doméstico representa el 8 por ciento y el empleo privado el 74 por ciento», puntualizó el funcionario de la OIT.