Armando Oriente Cavalieri es un hombre de mil batallas. El líder mercantil suele ser un hábil gestor de los tiempos y las maniobras políticas y gremiales, de las que suele salir bien parado. Sin embargo ahora la jugada parece haberle salido mal y lo que era una demostración de fortaleza terminó siendo un gesto de debilidad.
Es que ayer la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) difundió una noticia que convulsionó el mundo sindical. Es que «El Gitano» había llegado a un acuerdo para la aplicación de la tan mentada “cláusula gatillo” por inflación, por lo que los trabajadores percibirían desde enero y hasta marzo inclusive 2 por ciento de aumento salarial mensual con lo que alcanzaría el 26 por ciento la mejora de los sueldos del sector en 2017.
Pero pocas horas más tarde, cuando la propia página oficial de Comercio exponía el éxito de la gestión en una ventana emergente al ingresar, la CAME, una de los dos principales empleados del sector, salió a desmentirlo. Desde la entidad que nuclea a las medianas empresas emitieron un comunicado en el que aclara «que no se ha definido cuál será el ajuste contemplado en la cláusula gatillo prevista en la paritaria vigente».
«Hasta el momento solo existieron conversaciones entre las partes para evaluar las distintas propuestas», precisaron los empleadores.
Cabe recordar que el 23 de marzo, la CAME, la CAC y FAECyS firmaron la paritaria que mantiene vigencia hasta el 31 de marzo del corriente. En ese entonces, «las tres entidades pactaron un aumento del 20 % y en caso de que la inflación superase el porcentaje firmado, se aplicarían dos cláusulas gatillo: una en octubre pasado y otra en el corriente mes de enero. Esta última es la que aún no fue acordada y continuarán las negociaciones en los próximos días», precisaron.
Desde diversos sectores del mercado laboral ayer habían mirado con atención lo que ocurría en Comercio. Sucede que hay algo más de un millón de empleados contemplados en ese entendimiento y la activación de la cláusula gatillo podría ser un factor de presión para que otras actividades tomen un camino similar.