Los empleados de Fanazul, planta de explosivos de Fabricaciones Militares que permanece cerrada luego que se dieran de baja los contratos de sus 219 trabajadores, realizaron una protesta con corte de tránsito en las rutas nacionales 3 y 226, para visibilizar su reclamo.
«La fábrica para mi es todo, fue mi primer empleo formal, soy operario de la planta de dinamita de Fanazul desde hace 15 años; mi papá trabajó en la fábrica, y mi hermano trabaja en ella también, es algo de generaciones», explicó a Télam Juan Cacace, uno de los despedidos que está acampando.
Sostuvo que «si preguntás en la ciudad, el 60 por ciento de los pobladores tiene un pariente que ha trabajado en el fábrica, que funciona desde hace 70 años en Azul; podíamos esperar que la achicaran, pero no que la cerraran y arrancaran así un pedazo de historia».
«Trabajar en Fanazul nos hacía sentir que éramos parte de un equipo, que colaborábamos con la industria de la defensa nacional, con los proyectos de radares; sentíamos orgullo de participar en la búsqueda de petróleo de YPF, ya que de acá aportábamos un explosivo para eso; ayudábamos con la desmilitarización que implica desarmar proyectiles viejos, y, por ejemplo, tenemos proyectiles de la Segunda Guerra Mundial para desarmar y desactivar», detalló emocionado.
La planta de Fabricaciones Militares daba trabajo a 219 operarios, pero la semana pasada el interventor de Fanazul, Luis Riva, confirmó el cese de sus contratos bajo el argumento de que no era rentable.
«La planta deja de producir. Dejó de hacerlo el 28 diciembre», confirmó Riva en esa oportunidad en declaraciones a LU32 Radio Olavarría, y explicó que «la producción era muy pequeña en Azul y puede ser reabsorbida por otras plantas de la empresa».
De inmediato, los trabajadores de la planta, junto a vecinos y entidades gremiales, iniciaron un plan de lucha para visibilizar el conflicto que supone el cierre de una planta en un distrito de menos de 100 mil habitantes.
«Estamos acampando en la plaza, frente al municipio, a la espera de que nos den una respuesta, que se concrete un diálogo con las autoridades nacionales o bonaerenses y la fábrica no sea cerrada», explicó Cacace.
El trabajador, que también es delegado de ATE, advirtió que «si no tenemos una respuesta oficial de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, o el ministro de Defensa, Oscar Aguad, volveremos a cortar las rutas».
«Todo el pueblo de Azul está indignado, los vecinos nos abrazan, nos dan una palmadita y nos dicen ´vamos, que estamos con ustedes´ y eso es algo que nos abraza el alma, y que, pase lo que pase con la planta, cada uno lo recordaremos para siempre».