La CTA de los Trabajadores que conduce Hugo Yasky repudió «la persecución gremial y la demonización del sindicalismo promovida por el gobierno» en paralelo a su intento de «desafiliación docente bonaerense», y aseguró que esos mecanismos provinciales y nacionales incurren en «práctica desleal» y violentan la Ley de Asociaciones Sindicales.
Un comunicado firmado por Yasky y el secretario de Comunicación, Carlos Girotti, indicó que «la afiliación de los docentes al Sindicato Unico de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba) de Roberto Baradel siempre fue y es voluntaria», y explicó que «los gremios son formaciones populares que el gobierno considera que deben desaparecer».
«Quiere borrarlas del mapa. Está convencido de que la Argentina no puede resolver la correlación de fuerzas que impide borrar de cuajo todos los derechos adquiridos, que vincula con la historia del peronismo. Considera a los sindicatos como expresiones de una construcción socio-colectiva hostil», puntualizó Yasky en el documento de prensa.
Además, detalló que para los gobiernos de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal «el sindicalismo es una expresión que obstaculiza el objetivo trazado, es decir, reducir el costo laboral y los derechos de los trabajadores y, en especial, lo considera una presencia demasiado hostil para el objetivo de degradar las conquistas laborales y salariales».
«Ello es realizado tanto en el sector público como privado. Y, además, el Ejecutivo bonaerense viola el derecho a la privacidad de las personas», concluyó el dirigente.