Representantes del Grupo Gloria, propietario del ingenio San Isidro, ubicado en la localidad salteña de Campo Santo, ratificaron ante el Ministerio de Trabajo de la Nación la decisión de cerrar la empresa, situación que afecta a más de 700 trabajadores.
Los propietarios de San Isidro, un grupo de capitales peruanos, ratificaron ante la autoridad laboral nacional que han resuelto retirarse del negocio azucarero e irse del país, algo que habían informado con un comunicado pegado en los portones del ingenio.
Lo confirmó el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Azucareros del ingenio, Mariano Cuenca, quién explicó que se abrió el Procedimiento Preventivo de Crisis, que se aplica en situaciones de fuerza mayor, por la cual el empleador tiene la facultad de suspender trabajadores o bien despedirlos abonando indemnizaciones.
La empresa «no nos dio una alternativa al cierre del ingenio», expresó Cuenca, tras señalar que desde el gremio se plantearon alternativas al cese de actividades, pero la empresa «solo fue a ratificar el cierre», ya que «se están retirando de la actividad», dijo.
El cese de actividades fue anunciado el 19 de enero último. El dirigente gremial dijo que es importante la actuación del gobernador, Juan Manuel Urtubey, «en la búsqueda de una alternativa».
El mandatario había viajado a Perú para hablar con los propietarios del Grupo Gloria, a fin de encontrar una salida.
Cuenca confirmó que antes de la reunión en el Ministerio de Trabajo de la Nación, se reunió -junto a otros representantes del gremio- con el gobernador Urtubey en la Casa de Salta en Buenos Aires.
«Desde el gobierno (provincial) y los trabajadores vamos a buscar opciones para que la actividad del ingenio no cese y se pueda mantener la fuente laboral», agregó el dirigente.
En el acta de la reunión en la cartera laboral el Grupo Gloria señaló que registra «la pérdida constante y sostenida» de los últimos cuatro años, por ello ha decidido «cesar en forma ordenada» para «el cierre del establecimiento».
Se comprometió a que mientras dure este proceso, los trabajadores cobrarán el total de sus remuneraciones sin asistir al centro de trabajo. Si bien la decisión afecta a unos 730 trabajadores directos del ingenio, el gremio considera que son alrededor de 2.600 las personas que directa e indirectamente sufrirán el cese de las actividades del ingenio.
En Campo Santo, la ciudad que alberga al ingenio a unos 50 km de Salta, tiene unos 6 mil habitantes, por lo que es obvia su dependencia de esa empresa. El impacto de la salida de San Isidro será devastador y hay temor en que se termine convirtiendo en una especie de pueblo fantasma.