Durante una asamblea que se realizó en la sede de la Cetep en el barrio porteño de Constitución, en una breve intervención, en medio de la lista de oradores, Pablo Moyano sostuvo que la unidad de los trabajadores y los movimientos sociales «se forja en la calle» y vaticinó que «al gobierno del ajuste le vamos a hacer muchas marchas».
Añadió el número dos de Camioneros que la marcha a la que convoca su gremio «sobrepasó» el objetivo inicial de defender el convenio colectivo de ese sector, para terminar convirtiéndose en una protesta contra la política económica general del Gobierno.
«El día 15 vamos a estar con ustedes, y el 21 todos juntos en la calle», arengó Pablo Moyano, en medio de vítores y aplausos.
Los movimientos sociales marcharán el 15 de este mes en «gobernaciones y municipios de todo el país», en reclamo de obra pública para las cooperativas sociales.
Ante unos 400 delegados de los «cayetanos», Pablo Micheli, que habló de «ir construyendo un paro nacional», el estatal Hugo Cachorro Godoy, el bancario Sergio Palazzo, el docente Roberto Baradell y el triunviro de la CGT, Juan Carlos Schmid, expresaron su apoyo a la protesta programada por los grupos piqueteros y ATE.
El secretario general de la organización que agrupa a los trabajadores de la economía popular, Esteban «Gringo» Castro, destacó al inicio de la asamblea, que comenzó a las 18 en punto, que «con la unidad de trabajadores populares y sindicatos en la calle se puede decir que es el comienzo de la resistencia al plan de ajuste del gobierno».
Enseguida habló Juan Grabois, que en tono de sorna se quejó de que «no podemos nombrar al papa Francisco porque algún señor se pone a escribir barbaridades sobre el pontífice», pidió, además ponerle un freno «a los chetitos tecnócratas con posgrados mal ganados» y repudió a «los sinvergüenzas que dicen en la tele que la gente que el que gana 4700 pesos no trabaja».
«Basta de faltar el respeto a los pobres de la Argentina», pidió el consultor del Pontificio Consejo de la Justicia y de la Paz de la Santa Sede, que recibió aplausos como devolución.
Micheli, de la CTA Autonóma, también habló de la unidad y dijo que si no alcanza con las movilizaciones del 15 y 21 de este mes «nos juntamos a construir un paro nacional. No somos esclavos, no vamos a bajar la cabeza ni a aceptar todo lo que digan», completó.
Después, el bancario Palazzo ratificó el «compromiso» con los movimientos sociales:
«Somos parte, seguiremos estando pese a que quieren quebrar el espíritu de los que luchan», y criticó a algunos «que se dicen» opositores: «No se confundan apoyando la ‘gobernabilidad'», y llamó a «un frontón de resistencia con las marchas del 15 y el 21».
Baradel, por su parte, llamó a la construcción de «una sola mesa, una sola central», y convocó a luchar para derogar la reforma previsional; y dijo ante los «ataques a los sindicalistas que levantan la voz» que prefería «un millón de veces el desprecio infinito de los que mandan, antes que la reprobación de un solo compañero».
«Tenemos orgullo y dignidad para construir la unidad, no tenemos miedo ni precio, el 15 y el 21 vamos a estar», aseguró el titular de Suteba.
Schmid consideró que el actual es un gobierno que padece de «oprofobia», el rechazo a los pobres, y advirtió que «los trabajadores sabemos que el 15 y el 21 serán como el primer round de una larga lucha».
Al cierre del encuentro, el anfitrión Rafael Klejzer diagnosticó: «Frente al capitalismo rapaz, que representa el macrismo, y que quiere hombres y mujeres que trabajen 16 horas por sueldos de hambre, tenemos que construir un programa que defienda la soberanía nacional».
Entre los presentes estuvieron también el secretario General del Movimiento Evita, Emilio Pérsico -que no habló- y la diputada nacional de la misma agrupación, Silvia Horne.