Sólo dos días antes de la marcha que encabezará el camionero Hugo Moyano junto a la dirigencia sindical y política opositora al gobierno nacional, el presidente Mauricio Macri recibió en privado al gremialista petrolero neuquino Guillermo Pereyra.
El líder del poderoso Sindicato del Petróleo y el Gas Privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa fue un pionero en la cesión de la flexibilización de las condiciones de trabajo de sus afiliados que pretendió generalizar el gobierno de Macri con la, por el momento, fallida reforma laboral.
Justamente fue esa iniciativa la que sucumbió por la negativa de los Moyano a apoyarla, que devino en la caída de la negociación con el peronismo amable con la Casa Rosada representado en el Congreso por Miguel Ángel Pichetto.
Desde entonces, Moyano pasó al bando de los enemigos acérrimos en el tablero de operaciones del gobierno nacional. La foto con Pereyra le sirve a Macri para mostrarse cerca de un dirigente que mientras duró el kirchnerismo se mantuvo fiel sin fisuras públicas con el líder de los camioneros.
Macri y Pereyra tienen una alianza atada por los intereses de ambos en de Vaca Muerta, que representa el principal atractivo de inversiones que tiene el presidente como la principal usina de puestos labores a la mano del sindicalista.
Pereyra aún se sienta con la patronales petroleras a discutir aumentos salariales para este año. El año pasado cerró en los términos que pretendía la Casa Rosada con gatillo por inflación, por lo que se descarta que en el encuentro se habló de las pretensiones oficiales para este 2018.