Esta tarde se vivirán momentos decisivos en torno al impacto que tendrá la medida de fuerza del sindicalismo opositor del próximo jueves. Es que la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que comanda Roberto Fernández, se pronunciará sobre la postura del gremio en torno a la convocatoria al paro nacional que realizarán las centrales obreras opositoras.
La adhesión de la UTA garantizaría la paralización absoluta del transporte público ya que es un gremio que puede detener la circulación de los colectivos y, además, suelen bloquear las vías de los subtes para que no haya servicio a pesar de que los metrodelegados no se sumen al paro. Es un gremio clave y todos los saben.
Según pudo saber Info Gremiales las seccionales más importantes de la UTA no están a favor de parar este jueves. Los representantes de Buenos Aires, Córdoba y Mar del Plata buscarán que los choferes trabajen normalmente y esa postura sería la que triunfaría al finalizar el plenario de representantes que tomará la decisión final.
Advirtido sobre lo inminente de un duro golpe al paro general con los colectivos en la calle, ayer Hugo Moyano salió a acusar al Gobierno de presionar a la UTA con los subsidios al transporte que le otorgó el mes pasado por la paritaria del sector.
Según el camionero «el gremio está muy presionado y amenazado por el Gobierno y no sé si tendrá el coraje de adherir». Toda una muestra de que avizora una negativa por parte de los choferes.
La UTA cerró hace sólo un mes sus paritarias, más que demoradas, con un incremento salarial del 30% gracias al aporte del Estado de 85 millones de pesos en subsidios y compensaciones para las empresas del sector. Esta demostración de bueno voluntad del Gobierno Nacional haría que un gremio clave en el paro general del 10 de abril en esta oportunidad les de la espalda a los gremios opositores.
Además, según publicó el diario Ámbito Financiero, el gremio aguarda la entrega por parte del Gobierno de un predio en el barrio porteño de Once como parte de su estructura para la atención de los afiliados en trámites administrativos y de capacitación.
Un dato importante para entender los desplantes de los choferes a la organización del paro por Moyano, es la relación distante de ambos.
El líder de la UTA desde que “heredó” el sindicato de manos de Juan Manuel “Bocha” Palacios, ex ladero del camionero en la fundación del MTA, comenzó a separar el camino de dos de los gremios más importantes del transporte del país.
Esto tiene un motivo. Fernandez al asumir en sus funciones de secretario general del sindicato provenía de un ala de la UTA vinculada al gastronómico Luis “Bandeja” Barrionuevo y, por aquellos años, Moyano y Barrionuevo eran enemigos irreconciliables.
Las discrepancias de Fernandez con Moyano se hicieron presentes desde un primer momento y si bien convivieron en la CGT la tensión entre ambos era evidente.
En 2008, siendo un advenedizo en el liderazgo de la UTA, “El gallego” no pudo impedir que en la central Moyano consiguiera un nuevo mandato como secretario general, pero con el tiempo la situación fue distinta.
Llegado el momento de otra renovación de autoridades, Fernandez fue una de las piezas clave que utilizó el oficialismo para armar su propio Confederal y su porterior elección de autoridades que consolidó la ruptura. Con la ayuda de de la UTA el metalúrgico Antonio Caló quedó al frente de lo que sería, a la postre, la CGT reconocida oficialmente.
El pasado 10 de abril la UTA fue parte del armado sindical que realizó la medida de fuerza más importante del período kirchnerista, pero más que aportar a una construcción colectiva Fernandez demostró su capacidad de daño y casi ni se mostró con Moyano en Azopardo. Hoy puede volver a mostrar que es clave en el armado sindical y que su gremio necesita tener más peso en la toma de decisiones.