Referentes de las diversas corrientes sindicales que nuclean a los gremios más numerosos, como los Gordos, Independientes, Energéticos, del Movimiento de Acción Sindical (MASA) y los ultramacristas de Las 62 Organizaciones, se reunieron ayer para relanzar la CGT, sin la presencia del camionero Hugo Moyano ni del grastronómico Luis Barrionuevo.
Ese encuentro, que marcó el retorno del tachero Omar Viviani a las cumbres cegetistas, dejó una declaración que encendió las alarmas en el mundo laboral. Es que fue el propio Viviani el que, al atender a la prensa, reflotó la reforma laboral.
«El Consejo Directivo está hablando con el gobierno sobre la reforma laboral y cómo va a ser presentada», explicó el titular del Sindicato de Peones de Taxis y confirmó que el proyecto del oficialismo no se encuentra sepultado definitivamente y que el rearmado de la CGT podría relanzarlo.
Hasta ahora el clima interno de discordia de la central obrera mayoritaria y el desgaste que el Gobierno había sufrido en diciembre con el tumultuoso tratamiento de la reforma previsional, había congelado el borrador que Jorge Triaca había elaborado.
Con un armado mayoritario más cercano al oficialismo que se entusiasma con quedarse con la chapa, con Moyano aislado y con gremialistas que ya amagan con ponerse la camiseta de la reforma, Cambiemos podría tener el aire suficiente para, en los próximos meses, hacer un nuevo intento.