No obstante que la Asociación de Sanidad, que dirige Daer, es el principal sindicato de la industria farmacéutica y signatario de los convenios colectivos 120/75, 42/89, 136/95, 786/06 y 804/06, mantiene un sospecho silencio mientras se discute el costoso convenio de provisión de medicamentos de Pami.
A pesar de que los jubilados se mueren por no poder pagar sus remedios y de que el gobierno denunció la cartelización de los laboratorios para venderle los medicamentos más caros a la obra social de jubilados, desde el gremio que conduce el triunviro de CGT no se emite palabra.
Los otros sindicatos del sector, Agentes de Propagada Médica (APM) y Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB) advierten, desde hace tiempo, el abuso de la condición dominante de la industria de medicamentos, cuya cara visible es Alejandro Roemmers.
Pero la discreción de Daer se paga bien. A cambio de su boca bien cerrada, las empresas pasan sus trabajadores al gremio de Sanidad, con sueldos más bajos y menos beneficios, en lugar de hacerlo a los sindicatos específicos que marca la ley 23551.
Fiel representante de los “gordos”, Héctor Daer dirige hace 18 años el gremio de Sanidad de Capital Federal y es la cara visible de “Carlin” West Ocampo, que hace 31 años conduce la Federación de Trabajadores de Sanidad.
A pesar del fracaso del triunviro, Daer persiste con ser el único secretario general de CGT, pero los sindicatos de profesionales kinesiólogos, farmacéuticos, bioquímicos, veterinarios, abogados y médicos lo acusan de robarles afiliados, de no respetar el modelo sindical argentino y de firmar salarios a la baja, impidiendo que asociaciones jóvenes cumplan su actividad gremial diferenciada.
El “representante patronal”, como se conoce a Daer en el mundo sindical, hace un silencio rentable en medio de la fuerte discusión entre el gobierno y los laboratorios farmacéuticos que venden en Argentina los medicamentos más caros del mundo, a pesar de no investigarlos.
*Secretario General del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb)