Dos congresos paralelos empezarán a definir este fin de semana el futuro de la CTA Autóoma. Lejos de cualquier posibilidad de confluir, los sectores que lideran por un lado el binomio Ricardo Peidro y «Cachorro» Godoyo y por el otro Pablo Micheli, harán sus demostraciones de poder y empezarán a definir posiciones de cara a la renovación de autoridades en la central obrera.
Con los mandatos vigentes que vencen el 30 de septiembre, ambos sectores saben que no se puede demorar el proceso electoral. Por ello comenzarán a mostrar las cartas de lo que propone cada espacio a futuro.
Punta de lanza hará el sector que reside en la calle Perón. Para eso hoy reunirá a sus aliados en la Federación de Box en un Congreso Extraordinario que fue convocado con el respaldo mayoritario del secretariado nacional. Peidro/Godoy consiguieron las firmas de 22 de los 38 miembros de la comisión ejecutiva nacional y el aval de 18 provincias. Esperan tener a más de 400 congresales sobre un total de algo de unos 650 habilitados.
Allí ratificarán la idea de encarar un proceso eleccionario autónomo, con comicios previstos para el 8 de agosto por voto directo, y neutralizar cualquier chance de encarar una unidad orgánica con la CTA de los Trabajadores que comanda Hugo Yasky.
Además se definiría la continuidad del plan de lucha, que tuvo el último paro nacional el pasado 14 de febrero, y se evaluaría la posibilidad de otra medida de fuerza en la primera quincena de abril.
Por su parte, el sector de Micheli reunirá sus alfiles en Mar del Plata el sábado. Con menor poder interno, la fortaleza del actual secretario General se asienta en las presencias externas que pueda reunir. La posible foto con Roberto Baradel y Pablo Moyano, entre otros dirigentes, espera opacar las dudas que surgen sobre la convocatoria al Congreso de La Feliz por no contar con el quorum necesario en la comisión ejecutiva nacional.
La idea de Micheli, que ya fue blanqueada desde hace tiempo, es encarar un proceso de unidad orgánica con Yasky, para tener una salida al desgaste intestino. Para ello trascendió que podría lanzar una especie de plebiscito para convalidar su posición entre los afiliados.
Los cruces y las discrepancias entre los ceteístas ponen un manto de dudas sobre el futuro de la CTA Autónoma y le abren una puerta, peligrosa, al Ministerio de Trabajo para inmiscuirse en la vida interna. La posibilidad de otra ruptura es cierta y de acá a septiembre se sabrá si el desgaste erosiona a todos o habrá algún «ganador» en esta batalla de fin de mandato.