“Ante la dramática situación, los trabajadores decidieron que no permitirán el retiro de ningún elemento productivo de la fábrica y que defenderán la soberanía nacional», expresó el dirigente ceteísta en un comunicado, luego de la conferencia de prensa ofrecida en la carpa que la ATE instaló el lunes último frente al Congreso de la Nación.
«Cachorro» Godoy sostuvo que «la decisión de los fabriqueros es respaldada por la ATE nacional y bonaerense» y responsabilizó al gobierno porque «el cierre de Fanazul fue un paso más en el desguace de áreas estatales estratégicas, en este caso de Defensa».
El sindicalista, quien integra el sector Peidro de la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA), criticó a la gobernadora María Eugenia Vidal porque «la planta tiene un rol clave para la economía regional del centro provincial y la minería».
En la carpa instalada el lunes último por la ATE en el Congreso en rechazo del «ajuste y por trabajo» se realizó ayer una conferencia de prensa en la que participaron los trabajadores de la Fábrica Militar de Azul, quienes desde ayer acampan y bloquean los accesos al establecimiento industrial, reseñó el documento difundido esta tarde.
El conflicto comenzó en enero último con el cierre y despido de 220 trabajadores, en tanto otros 30 de planta permanente corren «serios riesgos de seguir ese camino», afirmó Godoy, quien explicó que los explosivos producidos en Fanazul abastecen «las canteras instaladas en la zona para repavimentar las rutas 3 y 226, una política central oficial».
La fábrica puede abastecer 10 emprendimientos mineros regionales y, por su ubicación geográfica, a otros de Santa Cruz, dijo Godoy, quien subrayó que incluso las Fuerzas Armadas defendieron «su continuidad porque es útil para desactivar material bélico».
Oscar de Isasi, jefe de la ATE bonaerense, denunció además que detrás del cierre de Fanazul existe «un negocio impresentable” para importar explosivos, en tanto el delegado gremial Juan Cacace resaltó que desde hace tres años «el personal resiste el vaciamiento y denuncia la ausencia de insumos y materias primas y la falta de reparación de las maquinarias, pero el establecimiento no es improductivo de ninguna manera», señaló.
«La ausencia de resultados se debe a que no hay diálogo alguno», puntualizó Cacace, quien se refirió a la situación acompañado, entre otros, por su par Marcelo Laporte, la jefa de la ATE Azul, Vanina Zurita, y Silvia León, secretaria de Organización nacional.
Los trabajadores habían entregado hace dos semanas un informe al Jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, respecto de la situación de la planta -solicitado por las autoridades a través del obispado local-, pero «el gobierno no acusó recibo», dijo la ATE, que también acusó al designado interventor de Fanazul, Luis Riva, de «no dialogar».
La planta de Azul pertenece a Fabricaciones Militares, dependiente del Ministerio de Defensa nacional, que decretó en febrero último su cierre definitivo.