Roberto Fernández, uno de los alfiles sindicales del oficialismo, sorprendió a todos y se mostró a favor, como expresaron la semana última otros dirigentes cegetistas, de realizar una medida de fuerza «si el gobierno nacional no convoca a una mesa de diálogo a empresarios y la CGT para hallar una salida a la crítica situación económica».
Tras señalar que ve a «la situación política con mucha incertidumbre», y que a la económica «la vemos como todos los trabajadores, con salarios que no alcanzan y el panorama cada vez es más confuso y más difícil», precisó que «el Gobierno no encuentra el camino para resolver la crisis».
Al respecto, destacó que «nuestros trabajadores están con un piso de 30.000 pesos que no significan el paraíso, porque hoy no le alcanzan los 30.000 a un chofer con una familia tipo si trabaja el solo».
Luego de sostener que «la economía en la Argentina es una timba, y no le echo la culpaba nada más que al Gobierno, porque nos hemos acostumbrado, o vamos al dólar o vamos a las tasas de interés: inversiones cero».
En ese sentido, agregó que «en casi tres años de este gobierno la economía no ha cambiado nada, lo que ha cambiado es la situación económica de los trabajadores, cuya crisis ya llegó a la clase media, la que siempre consumió y era el motor de la economía».
Fernández enfatizó que «hay que hablar con sinceridad y cada sector debe dejar de soplar la plumita; hagámonos cargo de la situación».
Consultado sobre si estaba de acuerdo con aquellos dirigentes que plantean una medida de fuerza contra el gobierno nacional por la inflación y situación económica, Fernández se manifestó partidario y exhortó a que «ningún político puede hacer política partidaria con esto, pero si el Gobierno no escucha a la CGT, la posibilidad de un paro nacional está latente antes del campeonato mundial de fútbol», que se disputará en Rusia a partir del 14 de junio próximo.
«Llegó el momento en que hay que levantar la voz y decir: señores del Gobierno vamos a sentarnos a dialogar, porque esta política deriva en enfrentamientos.».
Finalmente, el titular de la UTA aseguró que «la CGT no se quiere enfrentar con el Gobierno, pero vemos que la situación se ha desmadrado totalmente, y nosotros no lo vamos a permitir porque los impuestos y las tarifas han subido y los empresarios no invierten, porque los pocos capitales que vienen son golondrinas y así no camina un país».