La bioquímica Mariel Alejandre, docente de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Buenos Aires y representante del Frente Naranja de colegiados de capital federal afirmó que “se redujeron un 60% de las actividades reservadas en las Resoluciones Ministeriales Nº 565 y 566 de 2004, eliminándose las tareas inherentes a la gestión, a la redacción de normas, al control de productos y procesos y a la inspección de establecimientos, lo que es muy perjudicial.”
Los colegios, como el Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de Capital Federal, cuya responsabilidad es velar por las incumbencias profesionales, “no defendieron debidamente nuestro campo de acción en los ámbitos que corresponde y, por consiguiente, todo el esfuerzo de 5 o más años para obtener un título universitario se devaluó”, sostuvo Mónica Covatti, bioquímica del Hospital Pirovano.
“A pesar de que estamos preparados para mucho más, el gobierno quiere un bioquímico que se ocupe sólo de los análisis clínicos y un farmacéutico que solo esté en la farmacia, y los colegios convalidaron la reducción del campo laboral”, expresó Alberto Massaro, farmacéutico especialista en medicamentos magistrales.
“Nos quitan tareas que tenemos en forma exclusiva, por nuestra formación y título universitario, para bajarle el precio a nuestra actividad laboral y reducirnos el salario”, dijo la farmacéutica Mariana Funes del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos – SAFYB, y experta en normas.
De la lectura de la cuestionada resolución surge que se eliminó el campo de acción que los trabajadores bioquímicos y farmacéuticos tenían en: a) las tareas de investigación de fármacos y productos sanitarios; b) las funciones de responsable técnico de plantas industriales de medicamentos; c) la participación en la acreditación y categorización de establecimientos; d) la especificación de las condiciones técnicas, higiénicas y de seguridad de los ambientes; e) la intervención en la confección de códigos y normas de la actividad; f) la facultad de inspeccionar establecimientos; y g) la actuación en equipos de salud para planificar y certificar acciones sanitarias.
Los profesionales consultados se quejaron porque hace años vienen denunciando el atropello de los empleadores que no respetan la función jerárquica de su trabajo, o la insuficiente cantidad de bioquímicos y farmacéuticos en el funcionamiento de las instituciones de salud, todo por inacción de las autoridades del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos porteño.
Finalizan el documento manifestando que recurrirán a la justicia porque “la apatía de un colectivo profesional, con sesgo cientificista e individualista, conducido por dirigentes perpetuados en sus cargos que no trabajan por la profesión y un gobierno que quiere achicar gastos a cualquier precio, ha ocasionado un daño enorme a la sociedad que a partir de ahora recibirá servicios bioquímicos y farmacéuticos devaluados”