Cómo era previsible, el paro -aún en su singular éxito como medida de fuerza- no logró aquietar las aguas del movido océano cegetista. Ayer se produjeron varias reuniones por separado. En una los gordos, independientes y gremios de la energía analizaron la coyuntura y coincidieron en la agudización de la conflictividad social que prevén se acelere hacia fin de año y, por lo tanto, pretenden ofrecerle a la Casa Rosada ser los que le pongan una contención a ese escenario o tendrán que enfrentar nuevos paros generales.
A la Federación del Gas fueron, entre otros, Héctor Daer (sanidad), Gerardo Martínez (Uocra), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez de UPCN, Ramón Ayala del Uatre, el ex radical K , Julio Estevez (jerárquicos AFIP) y el dueño de casa, Oscar Mangone. Bajo el mantra de garantizar «paz social» buscan que el gobierno lo siente en esas anheladas mesas dónde se cortaba el bacalao. Y, asimismo, hacer el doble juego tan propio de la genética de esta casta sindical que siempre ha orillado el filo oficialismo con mayor o menor intensidad. Del mismo modo, sobre este grupo toma fuerza mantener el status quo con el Triunvirato por lo menos todo este año.
Éstos, a su vez, son los que mas cercanos se encuentran al «House of Cards» que se viene configurando en el tandem Pichetto/Massa, dónde el primero oficia de articulador institucional alla Duhalde y el segundo desempolva sus credenciales de favorito del círculo rojo para el post macri, cuándo y cómo sea que este se desarrolle. Para el oficialismo paladar negro esto viene siendo una certeza sobre el verdadero enemigo que tienen enfrente (a nadie se le escapó la presentación de Pichetto pidiendo eximición de ganancias al aguinaldo mientras la CGT apuraba el paro), aquel que pueda ordenar desgaste institucional por el peso del Peronismo otrora racional en el Congreso y a su vez juntar la vieja mesa dialoguista que emergió en las postrimerías del gobierno de De La Rúa dónde la burguesía nacional a pleno se encuentra con la representación de los trabajadores bajo el amparo de la Iglesia.
Por otro lado, se realizó un nuevo encuentro de los sindicatos que la semana pasada se juntaron en Smata y que buscan delinear un plan programático que le otorgue a la CGT un perfil más combativo para confrontar el modelo económico desde una posición de mayor fortaleza. Estos, junto al espacio que lidera el camionero Hugo Moyano, definirán si en el futuro hay una o más de una CGT.
Ahora en la sede de la Unión Ferroviaria que conduce Sergio Sasia se allegaron Ricardo Pignanelli, Antonio Caló (UOM) junto a los referentes de la Corriente Federal de los Trabajadores como Pablo Biró (pilotos), Fabián Felman de Confederación de Educadores Argentinos, Horacio Ghilini de Sadop, Héctor Amichetti (gráficos), Víctor Carricarte (farmacia), Rubén Lafuente (molineros), Horacio Arreceygor (Satsaid). También estuvo el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) con Sasia, Marcos Castro de Capitanes de Ultramar, Juan Palacios (correo), Raúl Quiñones de tabaco y, sugerentemente , Omar Plaini se apersonó mientreas otro grupo de sindicalistas cercanos a Moyano también estaban de reducido quincho en el sindicato de cerveceros.
Estos comparten la idea de construir una CGT que confronte pero que también negocie desde una posición de fortaleza, tal como lo repite a diario Biró, el titular de los pilotos de aviones. Durante el encuentro todos los presentes coincidieron en buscar la unidad porque es una cualidad que potencia y para eso sostienen que es preciso que estén la mayoría de los gremios. Incluso se acordó abrir un canal de negociación con Daer pero, a diferencia de los que piensa el sector donde participa el triunviro, este grupo buscará retornar a la conducción unipersonal. Es más, sostienen que el actual triunvirato está desgastado pero no sólo por sus errores sino también por su aliados que en más de una oportunidad conspiraron con dicha conducción. El anhelo de «una sola» CGT choca con posicionamientos políticos y necesidades personales…una vez mas.