La fuerte caída de las ventas en el mercado de motos ya preocupa sobremanera a la industria. Es que la menor demanda acelera políticas de ajuste y destrucción de puestos de trabajo.
La fábrica de motos Motomel, de San Nicolás, había mantenido buenos niveles de producción y ventas hasta fines de 2017, pero a principios de este año por la crisis económica comenzó con el despido de 130 trabajadores.
Según el diario El Norte de esa ciudad, el panorama actual parece no encontrar un horizonte de mejora, al menos en el corto plazo.
De hecho, ante la falta de reactivación en las ventas la planta de ensamble de motos y bicicletas electrónicas podría frenar su proceso productivo durante dos semanas, en julio próximo, otorgando vacaciones anticipadas al personal. Ello obedece a la necesidad de equilibrar el stock como consecuencia de que se produce más de lo que se vende.
Cabe agregar que durante junio se hicieron acuerdos para instrumentar vacaciones de aquellos empleados que tenían días pendientes.
Los números de la industria no son buenos. En mayo un total de 58.038 motovehículos fueron patentados, lo que significa una merma del 7,4% respecto a abril pasado, según datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara).
La proyección de la entidad es que con un acumulado en lo que va del año de 323.471 unidades, en el año 2018 “disminuirá fuertemente” la venta de unidades “debido a la devaluación de la moneda local y una demanda en retroceso”.
“El informe refleja en todo el 2018 una baja significativa de la gama media/alta debido a la disposición del impuesto interno, una medida sobre la que estamos trabajando todos los protagonistas del sector”, indicó el presidente de la división Motovehículos de ACARA, Gustavo Bassi.